Tres mujeres que cruzan la vida de un viajante se convierten para él en el único testimonio del amor. Mas, todo hay que decirlo, es la alegría y energía del joven la que prenda a las muy corrientes damiselas. La historia se desarrolla a la manera de un juego interesante entre analepsis y prolepsis que determinan una trama jugosa en pasiones. Seguramente, y lo digo sin haber leído la novela en la que esta película se basa, las escenas en las que la intimidad juega giros notables del destino de la historia tienen un acento literario que las hace muy agradables dentro del conjunto de la obra. A la par, el filme gana por su arte, por el vestuario, por el juego de épocas distintas; y pese a que se trata de una historia de amor tal vez ya sentida en otras películas y relatos, a esta no le falta su nota de originalidad.