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Voto de Reverendo Wilson:
7
Terror Una pareja que está esperando un hijo, un día, aburridos de estar en casa y puesto que no localizan a ningún amigo, deciden ir a dar una vuelta con su perro. Por casualidad se cruzan con otra pareja, Bruno y Berta, que les invita a pasar la tarde en su casa. Una vez allí, comenzarán a sucederse hechos extraños. (FILMAFFINITY)
11 de mayo de 2011
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las "rara avis" del fantaterror español, injustamente olvidada. Con las sectas satánicas como epicentro de la historia (tema muy de actualidad en la época) y con títulos como "Rosemary´s Baby" o "The Exorcist" en el punto de mira, Carlos Puerto (en colaboración con Juan Piquer Simón como explicaremos más tarde) rueda una de las películas más tétricas y temáticamente oscuras del género peninsular, con una atmósfera tan cruel como lujuriosa.

La película se fraguó en los estudios Almena Films, productora a través de la cual, Piquer Simon, con número de técnicos y artistas más o menos constante, impulsó las películas con las que intentó potenciar el cine de género en nuestro país. No es de extrañar entonces que el director valenciano no sólo ejerciese de productor de la cinta sino que también rodó una escena con Jiménez del Oso (que a modo de prólogo nos habla de las sectas satánicas con el respeto que siempre ha mostrado por estos temas) y una escena introductoria de alto contenido sexual para adentrar al espectador en el clima que se vivirá en los siguientes minutos de metraje.

"Escalofrío" es un producto de terror puro y duro, coqueteando en varios momentos del metraje con el famoso fenómeno del destape, algo que no es de extrañar ante el momento en el que se rodó la película. A través de la historia del matrimonio que desgraciadamente para ellos se deja engatusar por la extraña pareja que les invita a pasar una tarde en su tétrico caserón, "Escalofrío" pretende ofrecer una visión cruel y violenta de las sectas satánicas potenciando la lujuria con la que siempre han coqueteado sus seguidores (la orgía en el punto de inflexión de la película ya muestra por parte de su creadores de ofrecer un producto sincero y sin ningún tipo de atadura).

La película podría considerarse como una extensión del cine del francés Jean Rollin, mezclando con mucho encanto siniestras localizaciones y ambientación terroríficas con un "softcore" que al menos en este caso potencia las intenciones de la cinta, rodado con mucho pulso y cuidado especial por el ritmo. El clímax está muy bien resuelto, con una serie de finales que rozan la parodia, en especial uno de ellos que se acerca más a la broma privada.

Un título a reivindicar, en un (acertado) intento más de hacer buen cine de género y que como suele ocurrir con muchos títulos de nuestro fantaterror obtuvo bastante más prestigio fuera de nuestras fronteras.
Reverendo Wilson
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