Cuando abrimos un mapa de toda América, en el centro del mismo aparece un pueblo del Yucatán llamado X Quinientos. Es decir, ya desde el mismo título de la película Juan Andrés Arango reivindica el carácter panamericano de la misma.

Sus tres historias (Canadá, México, Colombia) dan buena cuenta de ellos. De desigual interés, tratan de la violencia (soterrada o explícita) del individuo sobre la sociedad y de la sociedad contra el individuo. Filmada en un formato 4:3 que realza el plano corto y la verticalidad de las ciudades, X Quinientos acepta su condición de hija bastarda de muchas obras anteriores, no siendo Babel ni Ciudad de Dios las referencias menos importantes.

Presentada en Toronto y en la sección de Horizontes Latinos del Festival de cine de San Sebastián, X Quinientos supone una grata sorpresa en muchos aspectos. Para todos los actores involucrados esta es su primera participación, pero resultan solventes evocando la crudeza de aquellos lugares en los que se desarrollaron.

En definitiva, X Quinientos es una obra que recorre algunos caminos comunes, pero lo hace con una ingenuidad y originalidad que logran que el visionado sea del todo recomendable.