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Thriller
Un famoso escritor español está creando un nuevo personaje ficticio: un hombre de mundo que ha viajado por todo el planeta y que, por una serie de circunstancias, ha terminado en Argentina. Allí conocerá a un arquitecto. (FILMAFFINITY)
24 de enero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, una mezcla un poco excesiva entre la memoria (en España y sobre todo en Argentina), el miedo, los fantasmas familiares, un poquito de malotes y pistolas y alguna cosilla más, pero el batiburrillo se puede ver. Muchos más detalles en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sobre todo porque Darío Grandinetti hace un buen papel. Esto y su casa de arquitecto, a pesar de esa escalera para suicidarse, merecen la pena y a pesar también de la cara de su mujer, de las de tipo marciano, una lástima porque cuando la tuviera normal seguramente sería buena actriz, ahora no puedes fijarte más que en las mejillas tiesas de cera.
En cambio el tontolaba del Echanove, que ya no era un Adonis de joven ahora es igual de poco agraciado de mayor y hace de Casanova, lo que resulta chirriante, además sin venir a cuento para nada dentro de la historia. Y ni siquiera como actor está bien, me resulta un poco histriónico.
Un chaval (Juan, el hijo real y en la peli de Grandinetti) tiene mucho interés en recuperar la memoria de su abuelo, un republicano español que se metió en todos los fregados desde la guerra de España hasta Argentina, pasando por la guerra mundial, Cuba y alguna más, para acabar asesinado en la Argentina fascista. Al aparecer sus restos, el hijo (Darío) no parece querer darle mucho bombo al tema, hay algo en su vida pasada que parece no querer remover.
Un escritor español, Echanove, ha escrito dos novelas inspiradas en la historia de este hombre y planea escribir la tercera cuando aparece el cuerpo, para lo que viaja a Argentina, acompañado por una pibona supuestamente periodista y fotógrafa la que acaba de conocer y en el primer café que se toman ya le pide que le acompañe allí como profesional (¿?); no pinta nada este personaje salvo para que se acueste sucesivamente con los protas; lo de la mujer objeto se queda aquí pequeño, porque encima lo quieren disfrazar de guay poniéndola a hacer un supuesto trabajo guay. Igual no había ninguna periodista o fotógrafa y con conocimientos y experiencia sobre el tema, o a lo mejor sí lo había pero si no es tan mona no interesa.
Al aparecer los restos, se monta un juicio contra el responsable del asesinato (todo en 10 minutos, sin que Echanove se cambie de camisa casi, ya tiene lugar el juicio, eso sí, después de acostarse también con la guapa abogada ¿?), y aquí entra un poquito la parte de thriller y malotes.
La escena del malote (que se ha escapado, jaja) con sus compinches con el secuestro del hijo y la chica y Grandinetti y Echaonve y el amiguete manco haciendo de supermanes es de vergüenza ajena.
Bueno, lo dicho, demasiadas cosas, algunas absurdas. Lo mejor, Grandinetti.
La apruebo por la puesta en escena, decorados, algunas actuaciones, fotografía y porque toda historia que sirva para conocer cosas del pasado que nos ayuden a manejar mejor el presente, me parecen positivas. Y para que aprendamos a hacer los juicios en 10 minutos y no pase como en España que pasan años y años.. o no se hacen nunca, dejando que los responsables de atrocidades mueran de muerte natural tan tranquilitos.
En cambio el tontolaba del Echanove, que ya no era un Adonis de joven ahora es igual de poco agraciado de mayor y hace de Casanova, lo que resulta chirriante, además sin venir a cuento para nada dentro de la historia. Y ni siquiera como actor está bien, me resulta un poco histriónico.
Un chaval (Juan, el hijo real y en la peli de Grandinetti) tiene mucho interés en recuperar la memoria de su abuelo, un republicano español que se metió en todos los fregados desde la guerra de España hasta Argentina, pasando por la guerra mundial, Cuba y alguna más, para acabar asesinado en la Argentina fascista. Al aparecer sus restos, el hijo (Darío) no parece querer darle mucho bombo al tema, hay algo en su vida pasada que parece no querer remover.
Un escritor español, Echanove, ha escrito dos novelas inspiradas en la historia de este hombre y planea escribir la tercera cuando aparece el cuerpo, para lo que viaja a Argentina, acompañado por una pibona supuestamente periodista y fotógrafa la que acaba de conocer y en el primer café que se toman ya le pide que le acompañe allí como profesional (¿?); no pinta nada este personaje salvo para que se acueste sucesivamente con los protas; lo de la mujer objeto se queda aquí pequeño, porque encima lo quieren disfrazar de guay poniéndola a hacer un supuesto trabajo guay. Igual no había ninguna periodista o fotógrafa y con conocimientos y experiencia sobre el tema, o a lo mejor sí lo había pero si no es tan mona no interesa.
Al aparecer los restos, se monta un juicio contra el responsable del asesinato (todo en 10 minutos, sin que Echanove se cambie de camisa casi, ya tiene lugar el juicio, eso sí, después de acostarse también con la guapa abogada ¿?), y aquí entra un poquito la parte de thriller y malotes.
La escena del malote (que se ha escapado, jaja) con sus compinches con el secuestro del hijo y la chica y Grandinetti y Echaonve y el amiguete manco haciendo de supermanes es de vergüenza ajena.
Bueno, lo dicho, demasiadas cosas, algunas absurdas. Lo mejor, Grandinetti.
La apruebo por la puesta en escena, decorados, algunas actuaciones, fotografía y porque toda historia que sirva para conocer cosas del pasado que nos ayuden a manejar mejor el presente, me parecen positivas. Y para que aprendamos a hacer los juicios en 10 minutos y no pase como en España que pasan años y años.. o no se hacen nunca, dejando que los responsables de atrocidades mueran de muerte natural tan tranquilitos.