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Animación. Fantástico. Aventuras
Prólogo sin diálogos de "Jurassic World Dominion" al estilo de las escenas introductorias de "2001" o "El árbol de la vida". Dirigido por Colin Trevorrow, hace retroceder al público 65 millones de años hacia el pasado para que experimenten cómo era el mundo antes de que existieran los humanos mediante un formato de documental de naturaleza y ofrece una visión de un mundo donde los dinosaurios viven entre nosotros. Este prólogo sirve ... [+]
25 de abril de 2022
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso que en la franquicia sobre dinosaurios por excelencia, con 5 largometrajes, una serie y otro corto anteriores, nunca hubiera aparecido ni una sola escena que mostrara una recreación (más o menos acertada) de la era Mesozoica, tiempo en el que los grandes (y pequeños) dinosaurios no avianos poblaban el mundo y, ya dentro de esta franquicia, origen del material genético de las estrellas de la saga. Finalmente, The Prologue llegó para cambiar eso.
Estrenado inicialmente en cines (una versión incompleta que terminaba con un adelanto de la siguiente parte en plan pequeño tráiler) antes de una entrega de Fast and Furious (nunca me pareció una gran idea eso de meter un corto antes de una película con la que no tiene ninguna relación) y distribuido posteriormente en YouTube (aquí sí, quien lo vea es porque tenía la intención de hacerlo), The Prologue es el segundo cortometraje de la franquicia jurásica, tras Battle at the Bog Rock, y como el anterior cumple la función de servir de adelanto para Jurassic World: Dominion, pero sin dejar de ser, en forma de corto, una entrega más de la saga por derecho propio (si bien argumentalmente no es completamente independiente, como sería de esperar en una franquicia así), contando con un metraje que no muestra nada de la película que le sigue (si bien posteriormente fue rescatado para la versión extendida), y que, sobre todo, es de nuevo un regalo para el fandom (literalmente, ya que ambos cortos han sido distribuidos de forma gratuita).
Este llamado "prólogo" comparte varias características con Battle at the Big Rock, empezando por el logo híbrido entre el de Universal Pictures y el Jurassic Park; y también el hecho de que, si Battle at the Big Rock servía de correcto epílogo a Jurassic World: Fallen Kingdom (un epílogo que casi parece descartado de la propia película por tener en ella un difícil encaje), The Prologue sirve en efecto de prólogo a Dominion (fue concebido para abrir dicha entrega, pero se cayó del montaje final para cines).
Con una duración de apenas cinco minutos y medio, The Prologue se divide en dos segmentos muy diferenciados: el primero, corresponde a una secuencia que muestra por vez primera en la saga el mundo durante el Mesozoico, a finales del tiempo de los dinosaurios no avianos, para lo que se ha recurrido a los espectaculares paisajes de Socotra y un CGI bastante convincente; mientras que el segundo, ubicado tras un salto de 65 millones de años (que debieron ser 65.5), consiste principalmente en una escena de minuto y medio que sigue a Rexy después de los eventos de Jurassic World: Fallen Kingdom, muy del estilo del cine de aventuras más familiar de los 80 y principios de los 90, con una fotografía que recuerda a la del cortometraje previo (Battle at the Big Rock), y que trata de replicar el impacto y la magia de la primera Jurassic Park. Ni que decir tiene que no lo consigue, pero nunca está de más una escena extra con la T. rex original.
Obviamente, es el segmento más extenso que muestra a los dinosaurios y demás fauna contemporánea a ellos viviendo en su tiempo el más interesante (y el que más ha dado que hablar).
Para recrear el entorno se ha acudido a la isla de Socotra (Yemen) y, aunque quien entienda un poco del asunto verá que el paisaje es algo árido y la vegetación no encaja (los árboles son Dracaena, conocidos como dragos o árboles dragón, que aparecieron durante el Neogeno, mucho después del periodo en el que se ambienta este corto), es espectacular y da bastante el pego como escenario de otro tiempo; y agradezco que no hayan caído en el cliché de poner volcanes activos de fondo (ni Caminando entre Dinosaurios se libró de eso).
En ese particular contexto se desarrollan una serie de escenas cortas e inconexas con distintas especies realizadas en un CGI que supera al de las dos primeras entregas de Jurassic World. Esta secuencia exhibe un particular filtro de color en amarillo ámbar que referencia precisamente a los fragmentos de ámbar con los que comenzó todo en esta saga. Por otra parte, la música es escasa (la poca que hay, obra del compositor de la trilogía, Michael Giacchino), y no hay ningún texto ni narración en off que haría parecer a esta secuencia un documental. Tampoco se necesita ninguna explicación para hacer comprensible lo que estamos viendo.
La idea de Trevorrow era la de mostrar dinosaurios (y demás fauna) reales, es decir, más reales que los vistos en cualquiera de las entregas previas de la franquicia, sean películas, la serie o el otro corto. Algo conseguido un poco a medias, pues, si bien es cierto que son algo más realistas, varios animales reutilizan los modelos de las películas de Jurassic World con cambios menores, por lo que quedan algo alejados de las reconstrucciones científicas: los Nasutoceratops están pasables, los Pteranodon están regulares y Tyrannosaurus queda un tanto raro con su diseño de siempre (se entiende que para que resulte reconocible) y esas plumas especulativas, pero, sin duda, los peores son los Ankylosaurus desactualizados. Por no mencionar que muchos de estos animales vivieron en distintas partes del mundo y, peor, en distintos tiempos (han juntado géneros de casi todo el Cretácico, abarcando un lapso de tiempo de 60 millones de años, nada menos).
En esta secuencia hacen su debut en la franquicia seis especies de dinosaurios y pterosaurios, ninguna es nombrada (insisto, no hay texto), pero todas han sido identificadas por el director o sencillamente resultan perfectamente reconocibles. Encontramos varios saurópodos titanosaurios que presentan el diseño de saurópodo más realista de la saga (aunque la piel sigue siendo muy elefantina), el pterosaurio azdárquido Quetacoatlus (seguramente el más exacto de todos), el terópodo tiranosauroideo Moros (un ejemplar muy joven, se supone, porque es demasiado pequeño) y el famoso hadrosauriforme Iguanodon; pero hay un par de casos que merecen especial consideración.
(Continúa abajo sin spoilers)
Estrenado inicialmente en cines (una versión incompleta que terminaba con un adelanto de la siguiente parte en plan pequeño tráiler) antes de una entrega de Fast and Furious (nunca me pareció una gran idea eso de meter un corto antes de una película con la que no tiene ninguna relación) y distribuido posteriormente en YouTube (aquí sí, quien lo vea es porque tenía la intención de hacerlo), The Prologue es el segundo cortometraje de la franquicia jurásica, tras Battle at the Bog Rock, y como el anterior cumple la función de servir de adelanto para Jurassic World: Dominion, pero sin dejar de ser, en forma de corto, una entrega más de la saga por derecho propio (si bien argumentalmente no es completamente independiente, como sería de esperar en una franquicia así), contando con un metraje que no muestra nada de la película que le sigue (si bien posteriormente fue rescatado para la versión extendida), y que, sobre todo, es de nuevo un regalo para el fandom (literalmente, ya que ambos cortos han sido distribuidos de forma gratuita).
Este llamado "prólogo" comparte varias características con Battle at the Big Rock, empezando por el logo híbrido entre el de Universal Pictures y el Jurassic Park; y también el hecho de que, si Battle at the Big Rock servía de correcto epílogo a Jurassic World: Fallen Kingdom (un epílogo que casi parece descartado de la propia película por tener en ella un difícil encaje), The Prologue sirve en efecto de prólogo a Dominion (fue concebido para abrir dicha entrega, pero se cayó del montaje final para cines).
Con una duración de apenas cinco minutos y medio, The Prologue se divide en dos segmentos muy diferenciados: el primero, corresponde a una secuencia que muestra por vez primera en la saga el mundo durante el Mesozoico, a finales del tiempo de los dinosaurios no avianos, para lo que se ha recurrido a los espectaculares paisajes de Socotra y un CGI bastante convincente; mientras que el segundo, ubicado tras un salto de 65 millones de años (que debieron ser 65.5), consiste principalmente en una escena de minuto y medio que sigue a Rexy después de los eventos de Jurassic World: Fallen Kingdom, muy del estilo del cine de aventuras más familiar de los 80 y principios de los 90, con una fotografía que recuerda a la del cortometraje previo (Battle at the Big Rock), y que trata de replicar el impacto y la magia de la primera Jurassic Park. Ni que decir tiene que no lo consigue, pero nunca está de más una escena extra con la T. rex original.
Obviamente, es el segmento más extenso que muestra a los dinosaurios y demás fauna contemporánea a ellos viviendo en su tiempo el más interesante (y el que más ha dado que hablar).
Para recrear el entorno se ha acudido a la isla de Socotra (Yemen) y, aunque quien entienda un poco del asunto verá que el paisaje es algo árido y la vegetación no encaja (los árboles son Dracaena, conocidos como dragos o árboles dragón, que aparecieron durante el Neogeno, mucho después del periodo en el que se ambienta este corto), es espectacular y da bastante el pego como escenario de otro tiempo; y agradezco que no hayan caído en el cliché de poner volcanes activos de fondo (ni Caminando entre Dinosaurios se libró de eso).
En ese particular contexto se desarrollan una serie de escenas cortas e inconexas con distintas especies realizadas en un CGI que supera al de las dos primeras entregas de Jurassic World. Esta secuencia exhibe un particular filtro de color en amarillo ámbar que referencia precisamente a los fragmentos de ámbar con los que comenzó todo en esta saga. Por otra parte, la música es escasa (la poca que hay, obra del compositor de la trilogía, Michael Giacchino), y no hay ningún texto ni narración en off que haría parecer a esta secuencia un documental. Tampoco se necesita ninguna explicación para hacer comprensible lo que estamos viendo.
La idea de Trevorrow era la de mostrar dinosaurios (y demás fauna) reales, es decir, más reales que los vistos en cualquiera de las entregas previas de la franquicia, sean películas, la serie o el otro corto. Algo conseguido un poco a medias, pues, si bien es cierto que son algo más realistas, varios animales reutilizan los modelos de las películas de Jurassic World con cambios menores, por lo que quedan algo alejados de las reconstrucciones científicas: los Nasutoceratops están pasables, los Pteranodon están regulares y Tyrannosaurus queda un tanto raro con su diseño de siempre (se entiende que para que resulte reconocible) y esas plumas especulativas, pero, sin duda, los peores son los Ankylosaurus desactualizados. Por no mencionar que muchos de estos animales vivieron en distintas partes del mundo y, peor, en distintos tiempos (han juntado géneros de casi todo el Cretácico, abarcando un lapso de tiempo de 60 millones de años, nada menos).
En esta secuencia hacen su debut en la franquicia seis especies de dinosaurios y pterosaurios, ninguna es nombrada (insisto, no hay texto), pero todas han sido identificadas por el director o sencillamente resultan perfectamente reconocibles. Encontramos varios saurópodos titanosaurios que presentan el diseño de saurópodo más realista de la saga (aunque la piel sigue siendo muy elefantina), el pterosaurio azdárquido Quetacoatlus (seguramente el más exacto de todos), el terópodo tiranosauroideo Moros (un ejemplar muy joven, se supone, porque es demasiado pequeño) y el famoso hadrosauriforme Iguanodon; pero hay un par de casos que merecen especial consideración.
(Continúa abajo sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El primero es el Oviraptor, que aparece completamente emplumado y realizando unos acertados movimientos de ave, pero que se muestra alimentándose de huevos, una idea desacreditada que ha calado hondo en la cultura pop (como en la película Dinosaurio) debido a que queda sugerida por su nombre (un nombre que se le puso al malinterpretar los restos fósiles de un ejemplar protegiendo su nido). Y el segundo es el famoso (y muy solicitado por los fans desde hacía años) Giganotosaurus, que, además de estar fuera de tiempo y lugar, aparece con un diseño caricaturescamente exagerado, cubierto de osteodermos como si fuera un cocodrilo y grandes escamas que forman una ficticia cresta en el lomo que parece una vela; además, se muestra enorme, mayor y más corpulento que el T. rex cuando, si bien es cierto que era similar en longitud (12-13 m), tenía una complexión mucho menos robusta y era sensiblemente menos masivo. No es una recreación más imprecisa que el famoso Spinosaurus de Jurassic Park III (por citar un ejemplo conocido), pero se supone que este no es un clon con un genoma incompleto sino el animal original.
Tras la secuencia mesozoica se pasa la actualidad, ubicándonos tras el final de Fallen Kingdom (más o menos por el momento del otro cortometraje), en el que los dinosaurios de Isla Nublar han sido liberados de la mansión Lockwood y vagan libremente por California. El nexo entre ambas partes es el famoso Tyrannosaurus rex, con un mosquito (concepto presente en la primera entrega) que relaciona al ejemplar del cretácico con la conocida Rexy de Jurassic Park, y hace de puente entre un pasado dominado por grandes dinosaurios y un presente en el que vuelven a poblar la Tierra.
Por supuesto, esta parte no está exenta de detalles cuestionables y hay ciertos elementos que han sido algo criticados. Uno de ellos es la despreocupación de la gente que acude a un autocine cuando hay un T. rex suelto por la zona. Lo cierto es que antes de la pandemia me habría parecido ridículo, pero ahora entiendo que podrían ser negacionistas de los dinosaurios (bromeo, porque lo normal sería que la gente de la zona no hubiera sido avisada, pero ya en Fallen Kingdom aparecía un titular en el que gente cuestionaba la existencia de los dinosaurios). Otro punto muy criticado es que la T. rex se muestra dubitativa y no se comporta como una absoluta máquina de matar humanos, y lo cierto es que su comportamiento me resulta el más creíble de toda la saga desde las dos primeras entregas (basándome en mis experiencias con depredadores de buen tamaño, eso sí, mamíferos, como leones y hienas), especialmente ahora que es un ejemplar viejo y que se encuentra huyendo por un lugar que desconoce.
Concluyendo, The Prologe es un inicio descartado por cuestiones de tiempo reconvertido en una entrega de la saga en sí misma, cortita, eso sí, y que no puede verse como algo completamente aislado, pero que funciona bien como una pieza más de la franquicia, expande el lore y prepara el terreno para Dominion, aportando contexto incluso para el final (y mejorándolo algo). Nada mal para ser solo 5 minutos de metraje. Y dicho sea que se agradece que, puestos a quitar este prólogo de la versión cinematográfica, encontraran el modo de mostrárnoslo antes del estreno en cines.
Aspectos positivos: Toda la secuencia del cretácico, pues, además de ser visualmente preciosa, contribuye a popularizar una visión algo más acertada de la fauna mesozoica (con especial énfasis en el "algo"), incluyendo azdarquidos con picnofibras y coelurosaurios completamente emplumados; por no mencionar lo necesario que empezaba a ser en la saga un flashback que mostrara algo del pasado.
Aspectos negativos: Para pretender mostrar un Mesozoico realista, la mezcla de especies de distinto tiempo y ciertos diseños inexactos son algo molestos. La escena del autocine tiene alguna cosa rara, más en las reacciones (y no-reacciones) de la gente que en la Tyrannosaurus.
Puntuación: 6.5
Tras la secuencia mesozoica se pasa la actualidad, ubicándonos tras el final de Fallen Kingdom (más o menos por el momento del otro cortometraje), en el que los dinosaurios de Isla Nublar han sido liberados de la mansión Lockwood y vagan libremente por California. El nexo entre ambas partes es el famoso Tyrannosaurus rex, con un mosquito (concepto presente en la primera entrega) que relaciona al ejemplar del cretácico con la conocida Rexy de Jurassic Park, y hace de puente entre un pasado dominado por grandes dinosaurios y un presente en el que vuelven a poblar la Tierra.
Por supuesto, esta parte no está exenta de detalles cuestionables y hay ciertos elementos que han sido algo criticados. Uno de ellos es la despreocupación de la gente que acude a un autocine cuando hay un T. rex suelto por la zona. Lo cierto es que antes de la pandemia me habría parecido ridículo, pero ahora entiendo que podrían ser negacionistas de los dinosaurios (bromeo, porque lo normal sería que la gente de la zona no hubiera sido avisada, pero ya en Fallen Kingdom aparecía un titular en el que gente cuestionaba la existencia de los dinosaurios). Otro punto muy criticado es que la T. rex se muestra dubitativa y no se comporta como una absoluta máquina de matar humanos, y lo cierto es que su comportamiento me resulta el más creíble de toda la saga desde las dos primeras entregas (basándome en mis experiencias con depredadores de buen tamaño, eso sí, mamíferos, como leones y hienas), especialmente ahora que es un ejemplar viejo y que se encuentra huyendo por un lugar que desconoce.
Concluyendo, The Prologe es un inicio descartado por cuestiones de tiempo reconvertido en una entrega de la saga en sí misma, cortita, eso sí, y que no puede verse como algo completamente aislado, pero que funciona bien como una pieza más de la franquicia, expande el lore y prepara el terreno para Dominion, aportando contexto incluso para el final (y mejorándolo algo). Nada mal para ser solo 5 minutos de metraje. Y dicho sea que se agradece que, puestos a quitar este prólogo de la versión cinematográfica, encontraran el modo de mostrárnoslo antes del estreno en cines.
Aspectos positivos: Toda la secuencia del cretácico, pues, además de ser visualmente preciosa, contribuye a popularizar una visión algo más acertada de la fauna mesozoica (con especial énfasis en el "algo"), incluyendo azdarquidos con picnofibras y coelurosaurios completamente emplumados; por no mencionar lo necesario que empezaba a ser en la saga un flashback que mostrara algo del pasado.
Aspectos negativos: Para pretender mostrar un Mesozoico realista, la mezcla de especies de distinto tiempo y ciertos diseños inexactos son algo molestos. La escena del autocine tiene alguna cosa rara, más en las reacciones (y no-reacciones) de la gente que en la Tyrannosaurus.
Puntuación: 6.5