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Estados Unidos Estados Unidos · San Francisco
Voto de Bruno Diaz:
6
Animación. Fantástico. Acción Largometraje animado protagonizado por She-Ra, un personaje creado por Mattel en los 80. Más adelante y dado el éxito del film, protagonizó su propia serie, también creada por Filmation y Mattel. (FILMAFFINITY)
27 de marzo de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta pequeña joya fue un intento de acercar las historias de He-man y sus hipertróficos compañeros al entorno femenino. Para ello, Filmation, (esa productora que parió perlas como Flash Gordon, Fat Albert, Blackstar o Star Trek, entre otras) se asoció nuevamente a Mattel (el gigante americano juguetero por excelencia) para lanzar una serie de figuritas dedicadas a una heroína muy particular, que viene siendo la hermana del rubio musculoso que años antes había invadido las televisiones de todo el mundo (y los catálogos de las jugueterías).

Además de She-ra, la criatura en cuestión, se expone un abanico de co-protagonistas de tinte dulce, arquero incluído con bigote a lo Errol Flynn. El malo malísimo no es otro que Hordak, supuesto maestro del temible Skeletor que hace las delicias de los espectadores con sus rocambolescas transformaciones y sus colegas amorfos.

Lo que en un principio de planeó como el lanzamiento de cuatro episodios de una nueva serie, acabó convirtiéndose en un episodio piloto de hora y cuarenta minuntos que llegó a emitirse en los cines norteamericanos, anunciándose esta como la primera incursión cinematográfica de He-man (antes que el despropósito que años después protagonizara Dolph Lungren y el maestro Langella).

La calidad de los dibujos es buena. Hablamos de animación cien por cien artesanal. Lou Scheimer, patrón de la Filmation era una especie de Roger Corman de los dibujos. Al igual que todos los de dicha productora, se nota el reciclaje de animaciones (sello de Filmation por excelencia), es decir, se dibuja una escena determinada y, lejos de deshecharla, se cambia el fondo y... ¡voilá!, nueva escena. Además del uso del rotoscopio, muy de moda en su época.

Destaca también el "aprovechamiento" hasta la saciedad de los recursos humanos. Un animador podía ser también actor de doblaje y formar parte en el desarrollo del guión activamente.

Esto, lejos de pecar en el cutrerío, llega a ser incluso entrañable, debido al laborioso desarrollo de la serie, lo que convertía a la productora en una empresa pseudofamiliar.

Por si esto le parece poco, también existe un especial navideño que ríase usted de Dickens.

Hay gente que incluso la ha comprado y la tiene en una vitrina con juguetes ochenteros... es mi caso.

Lo mejor: Los trazos de los lápices. La esencia artesanal del proyecto. Que ya no se hacen cosas así (y libranos Señor). Nostalgia de guiones simplones y dibujos empeñados en parecer personas.
Lo peor: La musiquilla pegadiza. La relación del Príncipe Adam con el Arquero de bigote (y corazoncito en el pecho) da que pensar. Tomársela en serio. Verla solo.
Bruno Diaz
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