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España España · Zaragoza
Voto de Paco Ortega:
9
Drama Don Lope ha acogido a Tristana en su hogar para cumplir una promesa hecha a sus padres. Pero la joven es muy hermosa y se convierte en la obsesión del anciano, que a fuerza de tiempo y de paciencia consigue sus favores. Sin embargo, cuando ella conoce a un joven pintor que la enamora, decide cambiar radicalmente el rumbo de su vida. (FILMAFFINITY)
19 de marzo de 2009
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo creo que Catherine Deneuve y Fernando Rey componen una pareja de actores/personajes que está a un nivel similar de calidad a la de los grandes nombres del mejor cine de Hollywood. “Tristana” estuvo nominada al Oscar como mejor película extranjera. Lo ganó finalmente “Investigación de un ciudadano libre de toda sospecha”, dirigida por Elio Petri, que ahora es una reliquia olvidada. Buñuel ya lo había ganado todo, menos un Oscar. Dos años más tarde lo lograría también.

El maestro seguía fiel a su costumbre de utilizar los textos en los que se inspiraba sin demasiados miramientos. Como en otras ocasiones, utiliza una novela de Benito Pérez Galdós, le cambia de época el argumento, agiganta y empequeñece a los personajes en función de sus intereses. Y hace bien. Mejor dicho: hace una genialidad. Porque su película es un retrato inteligente y ácido del comportamiento machista y obsoleto de algunos hidalgos españoles de toda la vida, y también, de la complejidad de las relaciones humanas, en general, y las de la pareja, en particular.

Buñuel dirigía extraordinariamente a los actores. En esta película disfrutó de lo lindo. Qué magnífico trabajo el de Lola Gaos, y en definitiva, el de todos ellos, situados en una clave de contención realista.

Con ellos, crea un clima de una densidad extraordinaria. La casa de Don Lope es un mundo de dulce represión en donde las buenas formas enmascaran comportamientos viciados. El burgués y la joven viven una guerra salvaje en donde todas las armas son posibles: la coacción, la mentira, la violencia, incluso el asesinato. Vivir, como en otras películas, es un “sálvese el que pueda”, esta vez no contextualizado en un país del tercer mundo sino en la católica y tradicionalista España. Stendhal hablaba de “la prostitución legal del matrimonio”, y algo de eso estaba pensando Buñuel. Si Galdós se hubiese levantado de la tumba seguramente se habría horrorizado.

Imágenes para siempre: la cojera de Tristana. El altar donde ambos se casan. El balcón al que se asoma para enseñarle los pechos al chico sordomudo. La pierna ortopédica encima de la cama, entre la ropa interior. La prótesis convertida en instrumento erótico. El café donde los viejos hablan de sus cosas. Iconos de una forma peculiar, asombrosa, inimitable de hacer cine.

Un lenguaje propio. Una manera específica de mirar el interior de las personas, a través de sus conflictos exteriores. La venganza del inconsciente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Paco Ortega
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