Con sentido del humor entre Jardiel Poncela e Ibáñez, y lejos de la época en que Internet llegó para birlar tu capacidad de asombro, llega esta pequeña robasiestas (quise echarme una y no pude).

Hay críticas que afirman que es un desastre en cuanto a actores, montaje, fotografía y otros elementos técnicos que por suerte (y para mi gusto) no contribuyen en gran medida al impacto emocional, que es de lo que se trata cuando se habla de arte.

En este caso me ha llegado, me alegró el día y por ello la recomiendo.