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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
5
Drama Un grupo de estudiantes universitarios mata el tiempo en un café (que parece un laberinto soñado por Mondrian) representando enigmaticos rituales. Una noche llega un extraño. Se suma a los juegos, les relata historias exóticas de países africanos. Una de las estudiantes, fascinada, decide encontrarse de noche con él en una fábrica abandonada. Una vez allí, la fábrica resulta ser un nuevo laberinto poblado de seres amenazadores: sus ... [+]
8 de agosto de 2011
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
«En 'L’éden et après' el mismo relato es montado de doce formas distintas, según estructuras diferentes, como si se tratase de series musicales». 'El mirón. A. Robbe-Grillet'. Estudio preliminar de P. Martínez.
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Trama & núcleo. Género cinematográfico. Nada de eso hay aquí. Empezar la peli por “terror” o la sinopsis ya es pie izquierdo. Un prejuicio. Robbe-Grillet aplica al hecho fílmico una deconstrucción. El montaje y sus piezas desmontadas como en un taller. Si la peli no da miedo, da saltos de edición y es un tópico de arte y ensayo, ¿qué nos queda madre mía?

Pero yo me pregunto, ¿qué es una peli de terror? Pensamos: habrá suspense. Pretensión o expectativa. ¡¡Boooooo!! Ahí lo tienes: susto, interjección, aspaviento. Lo previsible y esperado. Pero si esta cinta analiza el sistema saussureano (de Ferdinand de Saussure, el semiólogo) de un género desmontando su forma, ¿deja de ser parte de ese género?

Aparece así un cine de estructura disgregada que evoca la convicción de que la narrativa cinematográfica es un valor adquirido. No venía concedida de antemano, es una construcción. La narrativa de estudios, el montaje de relaciones… Construcciones. Y pese a todo nos extraña −tal es su poder de sugestión− que el cine sea lenguaje, con sus normas, subvertibles como toda norma. El desierto da calor en 'Lawrence de Arabia' porque previamente hay un engranaje estructural en forma de montaje de cerilla y sol. Y si hay engranaje puede haber des-engranaje.

La dramatización es un asesinato y un grito, un contraplano enamorado, un tartazo cómico y una carcajada. Esos actos son imitaciones de imitaciones de imitaciones. No es que estén mal, digo que no son de granito. Tratar la imagen como deconstrucción supone llevarla a su identidad original de herramienta, cuestionando su "statu quo" significante. En esta película hay un plano de truco de magia de montaje −la mano que cura− como fue el primer efecto especial de tranvía desaparecido. Ese plano remite al cine en cuanto a demiurgo y sus “trucos” de disposición de imágenes. Así se indica la perspectiva de indagación textual en la obra.

Cada plano remite a otra potencialidad que está vacía si no es interpretada (el efecto Kuleshov establece el carácter “dirigido” de la imagen). El concepto se establece bien en grupo tras años de consenso griffithiano (de D. W. Griffith, el pionero director de cine) o bien, como en esta película, debe ser el propio espectador el que cuestione la imagen que se le presenta, debe estar activo, no cerrándose a una interpretación unívoca de lo que ve.

En una película el orden de lista de los acontecimientos siempre es una impostura, una elección del montador, una falsedad. Aunque sea una impostura lógica, adquirida y narrativa.

Desenlace-introducción-nudo. ¿Huevo o gallina? ¿Antes o después?

Edén en medio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Bloomsday
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