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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
6
Drama Durante un control aduanero en la frontera canadiense, Raffi (David Alpay) declara que sólo lleva material para una película que se está rodando en Toronto. Sin embargo, un funcionario llamado David (Christopher Plummer) sospecha que miente y lo somete a un interrogatorio que se convierte en un examen psicológico que revela episodios conflictivos de sus respectivas vidas. Raffi, de origen armenio, vive obsesionado con el recuerdo de su ... [+]
21 de noviembre de 2012
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atom Egoyan no nos ofrece una cinta convencional en 'Ararat'. Aunque menos “autoral” que en otras ocasiones, no se resiste tampoco a sus frecuentes recodos narrativos, dividiendo el film en tres visiones generacionales que son algo más que un mero pretexto argumental:

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1) Aznavour, el anciano cineasta.

Su perspectiva es la previsible, lo que cualquier espectador de cine espera de un testimonio cinematográfico de estas características. Un “péplum” otomano del que Egoyan toma distancia mediante dos mecanismos: el recurso del “cine dentro del cine”, que le permite cuestionar la supuesta espectacularidad de la épica; y por otro lado una intención de mediación o ironía (visible en exageraciones que denuncia el propio personaje de Ani −Arshiné Khanjian−). Esto último lo vemos en elementos como la histriónica interpretación de Koteas; ese americanazo con el viento a sotavento y las banderas ondeando en su balcón; un ataque a los turcos ametralladoraza en ristre, etc. Es la visión, por tanto, que se “espera” de una película de estas características pero que Egoyan caricatura e hiperestiliza porque no confía en la reconstrucción histórica a lo 'La lista de Schindler'. No confía en la “claridad” melodramática del Cinemascope. Esta distorsión llena de tópicos comerciales sirve en 'Ararat' más de contexto exagerado que otra cosa. No está ahí el objetivo de la cinta.

2) La Khanjian

Una opción intelectualizada (profesora, erudita de la historia armenia, conocedora de la obra de Gorki). Es parte biográfica del propio Egoyan, puesto que es autor de una tesis doctoral sobre el genocidio armenio. Ejemplifica los personajes que han recibido una herencia en el boca a boca y se han preocupado por investigar y conocer. Han hablado con testigos directos del genocidio ( https://es.wikipedia.org/wiki/Genocidio_armenio ).

3) El hijo

Más un acercamiento vital, no tan racional, a lo desconocido (“tengo que entender los motivos de mi padre”). Viaje a la semilla como experiencia matricial o trayecto iniciático de una generación que vive en el silencio y la tergiversación. Reconstruir el horror de la condición armenia pasa por superar el olvido y la negación. El dolor armenio radica no en la obviedad de un revisionismo histórico, sino en las dificultades para la memoria. Esta opción encaja también con la biografía de Egoyan, que sufrió un proceso donde renegó de su condición armenia durante su adolescencia para interesarse activamente por ella después. En el film 'Calendar' existe un atisbo de esta cuestión en el autoparódico fotógrafo que rechaza sus raíces y se centra únicamente en hacer su trabajo sin involucrarse, pese a las interpelaciones constantes del guía.
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El dolor armenio −volviendo a 'Ararat'−, el que le interesa a Egoyan, radica en las distorsiones que aún, hoy día, quedan. En el vacío de una tierra expoliada. En la dificultad del recuerdo en la materia opaca que es el tiempo. Es ahí donde late la denuncia, el dolor y el desamparo de una diáspora eterna de muertos y silencio. De negación, ignorancia y duda. Ahí radica la película, en el acercamiento a un hecho histórico desde la intimidad victimista de túneles y relaciones. No en la emotividad, la heroica o el sentimentalismo “spielbergriano”.

Por último, se mantiene el habitual sistema de reverberaciones típicas en su cine: la hermanastra (desconoce los motivos del suicidio de su padre), el aduanero (dificultad para la comunicación con su hijo homosexual) o el actor turco (interpretado por Elias Koteas, que niega el genocidio y defiende un conflicto armado)… Personajes secundarios que actúan como caja de resonancia de los personajes principales y el hilo argumental rector. Aunque esta vez más matizado que en sus películas anteriores y, además, menos conseguido. Mi nota es alta, pese a todo, por la dificultad última de la transposición de claves egoyianas a un tema histórico tan controvertido (Armenia no fue independiente hasta principios de los 90, Turquía no reconoce el genocidio y aún existen múltiples reivindicaciones territoriales pendientes entre ambos países).
Bloomsday
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