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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
7
Drama Un pueblo en Mallorca. Un nuevo trabajador alemán. Una sospecha no verbalizada. Un trabajo que conservar. Yo es la historia de un hombre que, sintiéndose acusado de algo que no ha hecho, trata de demostrar una inocencia que nadie cuestiona. Sus intentos por resolver esta situación le llevarán a confrontarse con el verdadero problema: él mismo. (FILMAFFINITY)
22 de noviembre de 2009
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces las notas en el piano se desbocan a lo Cecil Taylor. Esa pieza musical crece con el personaje, ofrece síntomas de su psicología y colabora para un “misterio” ambiguo que se muestra poco, por partes.

Esos detalles y tantos otros -música, interpretación de Brendemühl, costumbrismo de secundarios no profesionales, voces que resuenan en un plano fijo sin mostrar las bocas…-, sostienen una historia casi de existencialismo tramontano sobre identidades e intimidaciones solapadas. Violencias rurales encerradas en sí mismas, violencias de mallorquín (lengua) indescifrable a veces… Esas asperezas que subyacen en las situaciones cotidianas resultan fenomenalmente presentadas en la película. Pero, claro, son susceptibles de ser acusadas de no contar nada, porque lo que cuentan no queda en la superficie. No flota entre las Gimnasias, sino que permanece sumergido.

A mí siempre me han interesado las historias que explican sensaciones que pasan desapercibidas o que, percibiéndolas fugazmente, no somos capaces de precisar. Esta cinta incide en apuntar un ambiente de sospecha sin concretarlo. Sospecha íntima; fuerza centrípeta que arrastra hacia una percepción. Y eso exige la implicación del espectador más allá del ringorrango de las convenciones.

Así, el pasado del protagonista no existe para el espectador –otro escamoteo intolerable de datos para la costumbre de que lo contado sea lo que “materialmente” sucede, como si una historia no pudiera cuestionarse a sí misma y debiera contar la verdad, siempre, y nada más que la verdad-. Pero aquí el pasado se oculta, y el resultado inmediato es pensarlo e imaginarlo oscuro, traumático. Feroz pasado del que huir para ser otro. El espectador completará el puzzle de forma más eficaz de lo que lo haría cualquier guionista moviéndose de lado a lado, como un púgil, lanzando golpes.

Película construida por y para los tiempos muertos, inevitable recurso ya que el limen de la historia es la evolución de una psicología. El cambio que se produce en una habitación cerrada mirando la pared. Una película que evita formas para hundirse en pensamientos.

Viaje por la esquizofrenia beckettiana del que ve laberintos en las calles de un pueblo balear, escaleras en su mente y baile de identidades humanas aprehensibles, como si la existencia fuera algo que se pudiera someter y manipular –como un relato- en un camuflaje de identidades.
Bloomsday
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