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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
7
Drama A una familia de clase alta italiana, compuesta por un matrimonio, un hijo y una hija, llega un misterioso joven que irá alterando el comportamiento de todos ellos. Polémica película -fue declarada inmoral por la Iglesia- del siempre controvertido Pier Paolo Pasolini. (FILMAFFINITY)
10 de septiembre de 2010
48 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Panfleto de arte y ensayo pasoliniano que, pese a sus recados y obviedades alegóricas de raíz freudomarxista, introduce reconocibles obsesiones autorales que le hacen acreedor de cierta condescendencia crítica.

Será probablemente una cinta superada en sus pretensiones de metáfora burguesa y sexual, pero interesa por su configuración distanciada del plano y la secuencia, y por un ritmo de cadencia casi litúrgica en el planteamiento de la catarsis genital y desinhibida que desencadena en la familia el marcapaquete Terence Stamp; personaje catalizador del cambio y la delación de los males y disarmonías sociales. Es así, apelando a la interacción biológica, ideológica y económica de la realidad, como el italiano plantea el rechazo hacia la estructura social y el poder económico, y señala los instintos reprimidos en las relaciones eros-civilización, etc. En fin, era el año 68 y andaba por ahí el mayo francés, Marcuse y los hippies… Como documento beligerante de la época tiene su enjundia.

Luego, cada miembro del núcleo familiar se enfrasca en su extravío vital (flagélate burgués, flagélate!!) en una estructura de reiteración circular donde Pasolini saca conclusiones de esa “visita-revelación” mediante sucesivos episodios que muestran el irónico corolario del teorema: la vuelta al campo en la búsqueda de un misticismo rural ajeno a lo urbanita, el arte extraviado como forma de búsqueda de trascendencia que no llega, la metáfora de la enfermedad como amor “fou”, una promiscuidad autodestructiva o el grito desnudo y descarnado en el desierto.

Ya digo, es excesivamente evidente en intenciones, pero no deja de ser un mundo íntimo y particular expuesto en carne viva. Y aunque las manifestaciones sexuales, de denuncia y reivindicativas de ese universo puedan oler a polilla actualmente (lo que plantea Pasolini no está superado, ni mucho menos, pero sí olvidado), es un buen ejemplo ético y estético de cine sesentero italiano comprometido con un caldo de cultivo de religión, patrones de fábricas, desiertos existencialistas y chaperos de acera y pantalón pitillo.
Bloomsday
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