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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
7
Drama Tesis de graduación y primera película íntegramente dirigida por Tarkovsky. En 1961, obtuvo el primer premio en el Festival de Cine de Escuelas de Nueva York. Sasha, un niño apasionado por el violín, que es acosado por los muchachos de su barrio, entabla una peculiar y entrañable relación con el obrero que maneja la apisonadora que asfalta la calle donde vive. (FILMAFFINITY)
30 de mayo de 2014
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
«El universo no se discute, se expresa». E. M. Cioran
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Relleno—

Film seminal de Tarkovski, colaborando en el guión con Konchalovski (compañero de estudios), que supuso su trabajo de graduación en el Instituto Estatal de Cinematografía. `Los asesinos´, trabajo previo, era una extravagante --por rusa y bituminosa-- adaptación de Hemingway con pocos elementos para el disfrute más allá del trabajo técnico de encuadre y montaje. `El violín y la apisonadora´ incluye sin embargo atisbos de lo que habría de venir.


El niño y el artista—

“Qué puedo hacer contigo, demasiada imaginación“.
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En su humildad, el film anticipa indicios del mundo creativo de Tars. Hay alguna simbología planfetaria como es, quizás, esa demolición de la que emerge un rascacielos del régimen, pero lo importante es rastrear la ideología del autor, no la del partido. Tarkovski coloca el punto de vista en un personaje que enlaza con sus obsesiones creativas: el niño y el artista. Ambos tienen una característica común como es la especial sensibilidad. Es un rasgo autoral que asoma desde este trabajo de tesis y no es casualidad que el artista se haga coincidir con la visión infantil (La infancia de Iván) y el desarraigo (Nostalgia), puesto que de ahí nace el "stalker" (guía artístico y espiritual).


La imagen—

1) Importancia expresiva del color que avanza el tratamiento y artificiosidad fotográficos como recursos que alejan la imagen de una mera realidad reproducida.

2) Se vislumbra ya una querencia a alargar el plano, aunque aún perfilando, como es obvio al ser trabajo primerizo, la estructura de la escena a través del corte (sin el exceso de montaje sintético posterior).

3) Detalles como la atmósfera de distorsión y fragmentación de la mirada en la escena de los espejos adelantan el carácter onírico del cine como filtro de una realidad propia e introspectiva. La percepción del niño violinista es capaz de enfoques distintos de aquello que todo el mundo ve de la misma forma (en buena parte de su cine Tars reclamará este tipo de mirada a sus espectadores).

4) Uso de figuras reconocibles: el agua, reflejos en los charcos, luz en el cristal... Recursos que por su plasticidad acogen el símbolo y con facilidad.


Música—

Tarkovski intentó en su cine una poética que se acercara la pureza musical como forma artística más elevada e inmediata («La música es el lenguaje del sentimiento y las pasiones, como las palabras de la razón». Schopenhauer). El realizador asentaría su filmografía sobre lo lírico y estético como formas de evitar el pleonasmo novelado de la acción y la trama. En ese sentido, hay en `El violín…´ un detalle para la paja mental: el niño toca para su evaluación, la cámara se mueve desde su rostro, pasando por la partitura, hasta el plano desenfocado de unos vasos de agua. Cuando le interrumpen el plano se enfoca abruptamente, vemos con nitidez y se rompe el ensueño.

El ruso habría de evolucionar hacia un "ars gratia artis" donde no importara lo racional sino la belleza inherente al ejercicio artístico (belleza como imitación de lo insoldable). Cuanto más cerca de la expresión musical consiguió estar, más habría de desenfocarse y separarse del "sentido" su cine.

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«Es posible verbalizar, formular un pensamiento, pero esta descripción no le hará justicia. Una imagen se puede crear y sentir, aceptar o rechazar, pero no se puede comprender en su sentido racional». Andrei Tarkovski.
Bloomsday
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