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Voto de Bloomsday:
7
6,2
1.101
Intriga
Unos ladrones compiten con el famoso detective Sherlock Holmes en la búsqueda de un tesoro robado. Uno de los autores del crimen, que se halla en prisión, sabe que el tesoro está escondido en tres cajas de música que fueron subastadas antes de que sus compinches pudieran apoderarse de ellas. Holmes y Watson emprenderán una vertiginosa carrera para encontrarlas. (FILMAFFINITY)
3 de abril de 2006
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pequeña y modesta pero entretenida y con mucho encanto. Toda la serie de Rathbone y Bruce es absolutamente recomendable (en Filmaffinity sólo tenemos de momento 2 de las pelis que hicieron), muchas dirigidas por Roy William Neill aunque no todas.
Películas sencillas, incluso infantiles y muy cortitas, nadie va a pegar un respingo en el sofá por un final sorprendente ni por un suspense terrorífico pero están muy bien realizadas y tienen esa magia especial que a veces otorga el paso del tiempo.
El comentario anterior da en el clavo con respecto a la forma (la modestia obliga) de generar ambiente no mediante movimientos de cámara ni grandes recursos (lógico por la fecha de la cinta, su escasez de medios y el perfil puramente artesanal del director), sino con el uso de sombras y espacios pequeños (el ABC de los escasos presupuestos en blanco y negro). Es decir, todo bastante teatral, pero hay que valorar con la perspectiva adecuada estos convencionales productos que buscaban explotar una fórmula con dignidad y, como se ha dicho, de forma convincente (creo que es la mejor forma de definir la cinta).
Entretenimiento de hora y poco para completar las lecturas de Conan Doyle sin grandes pretensiones.
Y además es que Nigel Bruce como el Dr. Watson es la leche.
Películas sencillas, incluso infantiles y muy cortitas, nadie va a pegar un respingo en el sofá por un final sorprendente ni por un suspense terrorífico pero están muy bien realizadas y tienen esa magia especial que a veces otorga el paso del tiempo.
El comentario anterior da en el clavo con respecto a la forma (la modestia obliga) de generar ambiente no mediante movimientos de cámara ni grandes recursos (lógico por la fecha de la cinta, su escasez de medios y el perfil puramente artesanal del director), sino con el uso de sombras y espacios pequeños (el ABC de los escasos presupuestos en blanco y negro). Es decir, todo bastante teatral, pero hay que valorar con la perspectiva adecuada estos convencionales productos que buscaban explotar una fórmula con dignidad y, como se ha dicho, de forma convincente (creo que es la mejor forma de definir la cinta).
Entretenimiento de hora y poco para completar las lecturas de Conan Doyle sin grandes pretensiones.
Y además es que Nigel Bruce como el Dr. Watson es la leche.