En la década de los 80, varias fueron las series de animación que llevaban a la pequeña pantalla alguna línea de juguetes de la popular marca Hasbro. Así llegaron a nuestros televisores series como Pequeño Pony, Transformers, G.I. Joe, entre otras muchas que, curiosamente, en la última década han ido convirtiéndose también en películas de imagen real.

Y así llegamos a "Jem y los Hologramas", un subproducto enfocado únicamente al público adolescente que adapta libremente la muy olvidada serie "JEM, Chica Pop" (ése era su nombre en su pase en los inicios de Telecinco) con la intención de crear una nueva franquicia pero que se quedará sólo en un intento, pues su merecido fracaso en la taquilla norteamericana impedirá que suframos nuevas entregas.

El filme mezcla un batiburrillo de canciones pop con una trama tópica y previsible que intenta tratar temas como el precio de la fama o la importancia de ser uno mismo pero cuya densidad dramática está al mismo nivel que el de Hannah Montana. Huid de ella.

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