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España España · A Coruña
Voto de kileskus:
8
Documental Talal Derki vivió durante más de dos años con la familia de Abu Osama, un guerrero de Al-Nusra de un pequeño pueblo de Siria, centrando su cámara en los niños. Desde pequeños, los niños son entrenados para seguir los pasos de su padre y convertirse en soldados de Dios. (FILMAFFINITY)
16 de febrero de 2019
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero decir que no me voy a centrar mucho en las historias muy dramáticas de todas las personas que vemos en el documental, si no en el entramado militar y social que se deja entrever aquí y allá a lo largo del mismo. Mucho se ha hablado de la vida bajo el mediático califato del EI, que por cierto, mientras escribo esto termina de ser aplastado por las fuerzas democráticas Sirias (mayormente kurdos) en sus últimas posiciones civilizadas junto al Eufrates, pero poco se ha hablado del "Emirato de Idlibistán". Se trata de un lugar dónde el poder del estado (CUALQUIER estado) es sólo un recuerdo, en algunas partes desde hace casi 8 años. Idlib era ya antes de la guerra una zona rural, poco desarrollada y con muchísimos fanáticos religiosos dispuestos a impartir la religión islámica de una manera severa. Ahora, sin el estado autoritario de Assad, vemos esta doctrina islámica extremista en su hábitat natural: la ausencia de leyes laicas fuertes y la lucha guerrillera eterna entre grupos atomizados.
Y esto consigue transmitirlo muy bien el documental, pues el principal protagonista es algo así como un guerrillero freelance que aunque trabaja sobre todo con Hay'at Tahrir al-Sham ( HTS, Al Qaeda en Siria) se dedica a desactivar minas y bombas no detonadas y a vender su contenido explosivo al mejor postor. De hecho creo que esto es el motivo por el que lo vemos meterse en problemas en el documental .... (explico en spoiler). También cabe destacar el entrenamiento militar en el que vemos a su hijo Osama, digno de las juventudes hitlerianas y que muestra hasta que punto han tomado nota estos grupos de los métodos del EI. Aunque mañana Assad consiga pasar por encima de HTS (Cosa harto improbable por motivos militares que no explicaré en detalle aquí), desmontar ese entramado ideológico y social que se ha asentado en las mentes de los niños de Idlib será sólo posible en un ambiente estable durante generaciones... y eso en Oriente Medio es muuuucho pedir.

Y por cierto, sólo para darle un toque humano al final, creo que jamás podré olvidar la mirada de ese chaval de la milicia assadista prisionero de HTS. Brutales sus lágrimas sabiendo que le esperaba lo mismo que a los soldados sirios de las bases aéreas de Menagh o Abu Duhur... Cosa que sigue siendo mejor que acabar en una snuff movie de los sádicos del EI...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
kileskus
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