Siento no poder ser tan imparcial como quisiera con este documental sobre Sue, pero me ha dado de lleno en mi corazoncito de aspirante a paleontólogo.
Claro que desde un punto de vista puramente científico no es un muy buen ejercicio de divulgación, como el que se merecería el fósil de dinosaurio más famoso del mundo, pero desde el punto de vista de contar el culebrón posterior a su descubrimiento es UNA PASADA y muy muy emocional.
Según la estaba viendo no podía dejar de dar las gracias por las leyes del patrimonio que tenemos en Europa, aquí los fósiles y los objetos arqueológicos son de todos, no estamos asediados por vacíos legales, disputas sobre la propiedad ...etc
Jamás habría ocurrido todo ese lío aquí, porque lo que pudo haber pasado fue bastante grave. Sue podría haber sido perdida para la ciencia por sabe Dios cuanto tiempo o peor aún, podría haber sido dañada irreparablemente en un traslado innecesario.
Creo que cualquier paleoaficionado acabará emocionándose con este documental. Y por cierto es T. rex no T-Rex.