Es algo casi inexplicable lo que puede hacer una película de estas características en la Sección Oficial de un festival de cine. En este caso, se presentó en la de Gijón esta apuesta inombrable acerca de las historias mitológicas, traídas a nuestro días, de una niña que conoce la mar de personajes a cada cual más irrisorio. Como la protagonista se hace llamar Europa, el caso es que el mensaje que se extrae de ella es la decadencia de un continente, de la crisis de valores y lo que uno quiera. Pero la película no es sólo aburrida, sino pretenciosa. Al que le guste la historia, pues igual se puede hasta reir. El resto casi lloramos de vergüenza ajena.