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España España · Oviedo
Voto de Esteban:
10
Comedia. Drama Pepa e Iván son actores de doblaje. Él es un mujeriego empedernido y, después de una larga relación, rompe con Pepa: le deja un mensaje en el contestador pidiéndole que le prepare una maleta con sus cosas. Pepa, que no soporta vivir en una casa llena de recuerdos, decide alquilarla. Mientras espera que Iván vaya a recoger la maleta, la casa se le va llenando de gente extravagante de la que aprenderá muchas cosas sobre la soledad y la locura. (FILMAFFINITY) [+]
9 de marzo de 2006
122 de 170 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda alguna la primera gran obra maestra de ese incomparable (e irrepetible) genio que es Pedro Almodóvar, deliciosa e irresistible comedia de situación que gira en torno a la soledad de las mujeres en un mundo dominado por hombres que las engañan, mienten, ningunean y hasta enloquecen. Con un guión repleto de escenas brillantes, de personajes magnificamente escritos, con diálogos divertidísimos y un ritmo excelente, sin apenas baches (algo inusual en el Almodóvar de la época), consigue el director manchego dar vida, en el efervescente Madrid de los años 80, a diferentes mujeres abandonadas por sus parejas en el momento más inoportuno de sus vidas para, a través de excelentes y divertidísimas escenas, conducirlas a un mismo punto de encuentro tanto físico como emocional.
Clásico indiscutible de nuestro cine, que forma incluso parte de la cultura popular (¿quién no se acuerda de ella cada vez que saborea un gazpacho?), tiene para el recuerdo personajes míticos de la cinematografía patria que luego han sido copiados hasta la saciedad: la telefonista repelente y chismosa de Loles León, la portera Testigo de Jehová de Chus Lampreave, la actriz cortita de María Barranco y sus pendientes cafetera, el taxista hortera de Guillermo Montesinos... y, por supuesto, esa inconmensurable Carmen Maura interpretando a Pepa, la mujer al borde de un ataque de nervios que busca incesantemente por toda la capital, pegada al teléfono y al contestador automático, al hombre que acaba de dejarla en la estacada justo cuando ella más lo necesita. La he visto docenas de veces y soy incapaz de encontrarle un solo fallo. Y siempre me parece igual de fresca, divertida y entrañable que la vez anterior. Una absoluta maravilla.
Esteban
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