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Voto de CitaConRama:
2
5,9
8.980
Thriller. Intriga
Jordan (Halle Berry), una operadora telefónica de la policía, asiste a una tragedia mientras atiende una llamada. Algún tiempo después, tendrá que superar su miedo para intentar salvar la vida de Casey (Abigail Breslin), una joven que ha sido secuestrada por un asesino en serie. La llamada de la joven, le recuerda aquella otra que la dejó traumatizada. (FILMAFFINITY)
18 de abril de 2019
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras veía la primera parte de la película mi puntuación se situaba en 7. Me parecía interesante exponer el punto de vista de un coordinador de servicios de emergencias, dando más protagonismo que a los propios policías, bomberos o cualquier otro personaje que intervenga directamente en una situación de riesgo. También me estaba gustando cómo iban mostrando las distintas formas de extraer información con la tecnología y los medios disponibles.
Pero todo mi entusiasmo se esfumó en la segunda parte de la película. Vi un intento pueril de dar protagonismo a un personaje femenino, que en lugar de ser resolutivo se convierte en estúpido. Pero pensando más profundamente, estúpidos son todos los personajes: el malo, el policía, la víctima y todos los que se cruzan con ellos.
El final ya es de risa. Ahí el estúpido es el espectador si llega a tragarse semejante despropósito. El resto de mi indignación sigue en el spoiler.
Pero todo mi entusiasmo se esfumó en la segunda parte de la película. Vi un intento pueril de dar protagonismo a un personaje femenino, que en lugar de ser resolutivo se convierte en estúpido. Pero pensando más profundamente, estúpidos son todos los personajes: el malo, el policía, la víctima y todos los que se cruzan con ellos.
El final ya es de risa. Ahí el estúpido es el espectador si llega a tragarse semejante despropósito. El resto de mi indignación sigue en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
No sé cuál es el límite de caracteres de FA para la zona spoiler pero creo que podría agotarla escribiendo la lista de estupideces. Dejaré unas cuantas.
Todos los secundarios que se cruzan con el malo llaman a emergencias delante de sus narices.
A la chica le da más miedo que la amenacen con un destornillador que quedarse en el maletero del coche, por eso elige quedarse callada en la única oportunidad que tiene para pedir ayuda.
Nuestra intrépida protagonista llega a la cabaña en la que la policía ha intentado encontrar sin éxito a la desgraciada chica. Los policías, que ya han demostrado que eran idiotas porque eran incapaces de encontrar un coche del que tienen todos los datos y además saben qué salida tomó desde la autopista, no han dejado ni un miserable precinto porque no piensan llevar a cabo una investigación más profunda.
Como decía, nuestra protagonista encuentra la entrada oculta al búnker. Su primer impulso es llamar a sus compis, pero con los nervios se le cae el teléfono. Baja para recuperarlo y ve que no tiene cobertura. Parece que no confía en el sistema del que ella misma forma parte, porque decide ponerse a investigar por su cuenta en lugar de salir de allí, a pesar de que nadie en el mundo sabe dónde se encuentra y es imposible que, de necesitarlo, aparezca un rescate.
El malo malísimo no es capaz de sujetar a una chica aterrorizada que ha pasado horas encogida en un maletero, se ha llevado un puñetazo que la ha dejado inconsciente y que está atontada a base de gases anestésicos.
La operadora no remata al malo cuando tiene la oportunidad, prefiere ponerse a desatar a la chica para que así el malo tenga tiempo de recuperarse.
Y cuando ya crees que te han tomado todo el pelo resulta que llega el apoteósico final: la víctima, que no da síntomas de estar en estado de shock, y la heroína acuerdan una historia falsa para vengarse del tipo. No se les ocurre pensar que si de su historia salen contradicciones se podrían derivar unos pocos de lustros en la cárcel.
Qué pena, de verdad, qué forma de cargarse una película que, sin ser una obra de arte, podría haber sido entretenida.
Todos los secundarios que se cruzan con el malo llaman a emergencias delante de sus narices.
A la chica le da más miedo que la amenacen con un destornillador que quedarse en el maletero del coche, por eso elige quedarse callada en la única oportunidad que tiene para pedir ayuda.
Nuestra intrépida protagonista llega a la cabaña en la que la policía ha intentado encontrar sin éxito a la desgraciada chica. Los policías, que ya han demostrado que eran idiotas porque eran incapaces de encontrar un coche del que tienen todos los datos y además saben qué salida tomó desde la autopista, no han dejado ni un miserable precinto porque no piensan llevar a cabo una investigación más profunda.
Como decía, nuestra protagonista encuentra la entrada oculta al búnker. Su primer impulso es llamar a sus compis, pero con los nervios se le cae el teléfono. Baja para recuperarlo y ve que no tiene cobertura. Parece que no confía en el sistema del que ella misma forma parte, porque decide ponerse a investigar por su cuenta en lugar de salir de allí, a pesar de que nadie en el mundo sabe dónde se encuentra y es imposible que, de necesitarlo, aparezca un rescate.
El malo malísimo no es capaz de sujetar a una chica aterrorizada que ha pasado horas encogida en un maletero, se ha llevado un puñetazo que la ha dejado inconsciente y que está atontada a base de gases anestésicos.
La operadora no remata al malo cuando tiene la oportunidad, prefiere ponerse a desatar a la chica para que así el malo tenga tiempo de recuperarse.
Y cuando ya crees que te han tomado todo el pelo resulta que llega el apoteósico final: la víctima, que no da síntomas de estar en estado de shock, y la heroína acuerdan una historia falsa para vengarse del tipo. No se les ocurre pensar que si de su historia salen contradicciones se podrían derivar unos pocos de lustros en la cárcel.
Qué pena, de verdad, qué forma de cargarse una película que, sin ser una obra de arte, podría haber sido entretenida.