Otra muestra de potencial desaprovechado, lo que podía haber sido una buena pieza de horror extremo, queda inutilizada por la incompetencia de un director carente por completo de personalidad, y desprovisto de una linea de ejecución correcta.

Indagando en el pasado de los Bean, el clan que habitó las entrañas de la tierra escocesa allá por el Siglo XVI, y que durante décadas se alimentó de viajeros a los que asaltaban en los parajes cercanos, uno se pregunta si no hubiera sido mejor rodar un film de época. Adaptarlo todo a los tiempos modernos es sin duda el peor error que comete su realizador.

La temporalidad no es, pese a todo, el peor de sus problemas, la mescolanza de tendencias, que incluyen el cine de misterio, el reportaje paisajístico estilo National Geographic, el thriller, e incluso la acción yamakasi más vergonzante, acaban por hundir por completo su mensaje, convirtiendo una apuesta prometedora, en una triste caricatura totalmente olvidable.