Estamos ante la típica comedia adolescente manida y vista, con chistes muy trillados y personajes prototípicos de las más absurdas comedias americanas que tantas veces castigué haciendo recaer sobre ellos el más feroz azote de mi ratón evaluándo unos sin piedad en FA. En realidad, "Este cuerpo no es el mío" (otra genialidad de la traducción española) no aporta nada nuevo, pero no obstante para mi gusto tiene algo. A pesar de ser tan simplona, tonta y pastelosa tiene algo, quizá sea el encanto de la dupla Schneider-Faris (lo mejor) o la frescura que aporta en determinadas ocasiones lo que hace que en definitiva haya escasos momentos de aburrimiento.

El argumento ralla por su simpleza, tampoco creo que buscasen precisamente el Oscar al guión original, se nota que lo de menos es la historia para los directores/productores/señores que ponen la pasta y lo que importa es pagar a un par de actores con cierto caché para que hagan el paripé. La típica niña perfecta americana, capitana de las animadoras se intercambia sin querer el cuerpo con un delincuente de medio pelo. No tiene más.

En el aspecto positivo encontramos a un acertado Rob Schneider, cómodo en su papel cómico, haciendo gala de un sin fín de gestos y posturas más o menos graciosas. A su lado tenemos haciendo un gran tándem con él a la encantadora Anna Faris, encasillada a más no poder, borda su papel de rubia tonta e ingenua, pero ¿qué más da? Ella es feliz, y yo tambien. A esa sonrisa enternecedora y esos ojitos de no haber roto un plato no puedo negarme, reconozco que es una debilidad.

El final es como para coger una palangana y no parar de vomitar en una hora. Ñoño hasta decir basta y...americano en definitiva.