Los inicios cinematográficos de Ángela Molina quien poco a poco fue marcándose metas como actriz al evolucionar de una manera adecuada hasta llegar a convertirse en lo que es actualmente o sea un genio de la interpretación y no sólo en España sino también en otros paises europeos pues su actividad ha sido internacional. La película no tiene demasiada fuerza narrativa y anticipa en algunos detalles una época mala para nuestro cine pero sin embargo se hace llevadera por sus intérpretes. África Prat imprimió cierta gracia a algunas de sus interpretaciones y aquí se desenvuelve correctamente. Hay que destacar a María Perschy que era una actriz muy distinguida y a Sandra Mozarowsky que intervino en un número notable de películas antes de morir de una forma oscura y en plena juventud. Lara Polop supo dirigir con acierto a la gente de la que disponia. Y el protagonismo recae sobre Simón Andreu que demostró sentirse cómodo con el cometido que tenía en la película resultando convincente en cada momento. Supone una película desigual y con determinadas carencias pero entretiene por lo menos y resulta relativamente comedida en comparación a otras de entonces desarrolladas en ambientes similares.