Un melodrama muy aceptable que aunque en conjunto pueda parecer algo ingenuo por la fábula sobre la dignidad humana que propone también tiene algún momento duro como cuando se ven las reacciones de los familiares de quienes viajaban en un tren siniestrado cuando buscan a sus seres queridos. La película es un melodrama en toda regla porque capta muy bien la esencia del género y persigue conmover al espectador que es algo que consigue plenamente. Y aunque no sea una obra maestra del género tiene elementos más que suficientes para reproducir en la pantalla todos los valores del relato original de Leo Perutz "Mañana es feriado". Su fotografía en blanco y negro da lugar a una atmósfera poética que se ve reforzada por la sabia elección de intérpretes como Jorge Mistral y Adolfo Marsillach que consiguen convencer en papeles nada fáciles. Paquita Rico luchó bastante para llegar a ser la gran estrella que fue y aunque no fue del todo aprovechada por el cine hubo ocasiones como esta en las que demostró que era una actriz dramática de calidad aparte de ser una mujer elegante. La película oscila siempre entre la dureza y la blandura y tiene un reparto bastante amplio. Representa una película bella en el fondo y en la forma. Este tema ya fue abordado por Saslavsky en otra versión. Gusta el film.