La primera película de un director que únicamente abordó el género de la comedia. Es una plasmación aburrida, insustancial, sosa... El único interés y lo que puede darle sentido a la visión de este producto es la reunión de muchas de las actrices más sugestivas del cine español de la época aunque la mayoría de ellas ya llevaban haciendo cine desde los primeros años 60. Al consistir la película en variados segmentos sobre las aventurillas del protagonista cada uno de estos segmentos recae en una actriz distinta. Y así el espectador puede entretenerse esperando la aparición de su actriz preferida que saldrá antes o después. Quien se conforme con esto encontrará un motivo para ver la película. Valentín Tornos y Luis Morris fueron figuras populares en esta época y hacen lo que pueden ante el discreto guión. Margit Kocsis no limitó su relación con el arte al cine y Teresa Gimpera declaró una vez que preferia hacer cine malo que no hacerlo. Helga Liné, Silvia Solar, Dianik Zurakowska, Perla Cristal y una Sylva Koscina de vidente e importada para la ocasión completan el elenco femenino que da sentido al film que en un momento dado reúne a todos los personajes en un mismo escenario. En las posteriores y aún menos soportables realizaciones de Joaquín Coll Espona también fueron los repartos lo único destacable. Con planteamientos parecidos al de esta cinta se hicieron en España películas todavía peores. Aparte de mentar el reparto sólo eso se puede decir a favor de la obra.