Un western fotografiado en un blanco y negro neblinoso, y que no carece de desigualdades técnicas. Con muchas posibilidades de entretener al tener una duración reducida y contar con los ingredientes básicos de este género, la desgana que reveló José Luis Madrid al encargarse de este proyecto echó por tierra dichas posibilidades. José Luis Madrid no obstante revelaría aptitudes narrativas en películas suyas posteriores, pero aquí llega a aburrir por contar "Tumba para un forajido" con un tono lánguido generalizado que para nada le convenía para atraer al espectador. Lo único que puede darle sentido a la visión de este film es la pareja protagonista formada por Patricia Loran que formó parte del reparto del atractivo film español "Muerte en primavera", y el llorado actor argentino Luis Dávila, que aportó elegancia a casi todas las películas que interpretó en España. Quizá filmado en color el film hubiera resultado más ágil, pues los colores hubieran realzado los paisajes que vemos en el film. Tal y como quedó, solamente puede despertar interés entre los auténticos incondicionales del género por la curiosidad también de ser de los pocos westerns españoles que renunciaron al color para ser filmados. En favor del realizador al menos hay que reconocer versatilidad pues abordó el western, el terror, el policíaco, el biopic y la comedia también.