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Voto de BartonKeyes:
890
Western
Billy el Niño y Doc Holliday huyen del sheriff Pat Garret, que antes había sido su amigo. Los forajidos llevan consigo a la mestiza Río, que es la chica de Bill. Las peleas entre los dos amigos son constantes: cuando no es por los caballos es por Río. (FILMAFFINITY)
15 de febrero de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mítico western de Howard Hughes, quien contó con la colaboración en la dirección de un Howard Hawks sin acreditar.
La fotografía de Gregg Toland es sensacional, al igual que las interpretaciones de Walter Huston (padre de John) y Thomas Mitchell, a cuyo personaje se le puede advertir incluso un cierto apego homosexual.
La historia, que conecta a varios mitos del Oeste americano, nunca mengua en su ritmo ni en su interés, abrazando el humor con dosis de ironía y cinismo, presentando una notoria química entre el cuarteto protagonista e incendiando por momentos la pantalla con raciones de un abrasador erotismo lleno de sensualidad (impresionante el plano subjetivo del beso entre Jack Buetel y Jane Russell).
Completan el espectáculo algunas tensas escenas de duelos pistoleros, persecuciones de indios magníficamente filmadas, música puntual de Tchaikovsky, caracteres perfectamente definidos y una atmósfera tirante, poseedora de una extraña modernidad.
Como curiosa e importante anécdota, señalar que el respetable tamaño de los pechos de una debutante Jane Russell provocó que la reprimida censura retrasase de manera incomprensible el estreno de este notable film, un trabajo absolutamente recomendable.
La fotografía de Gregg Toland es sensacional, al igual que las interpretaciones de Walter Huston (padre de John) y Thomas Mitchell, a cuyo personaje se le puede advertir incluso un cierto apego homosexual.
La historia, que conecta a varios mitos del Oeste americano, nunca mengua en su ritmo ni en su interés, abrazando el humor con dosis de ironía y cinismo, presentando una notoria química entre el cuarteto protagonista e incendiando por momentos la pantalla con raciones de un abrasador erotismo lleno de sensualidad (impresionante el plano subjetivo del beso entre Jack Buetel y Jane Russell).
Completan el espectáculo algunas tensas escenas de duelos pistoleros, persecuciones de indios magníficamente filmadas, música puntual de Tchaikovsky, caracteres perfectamente definidos y una atmósfera tirante, poseedora de una extraña modernidad.
Como curiosa e importante anécdota, señalar que el respetable tamaño de los pechos de una debutante Jane Russell provocó que la reprimida censura retrasase de manera incomprensible el estreno de este notable film, un trabajo absolutamente recomendable.
