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Voto de Víctor Taranilla:
6
Comedia Narra las peripecias de un funcionario de una administración provincial, con quince años de servicio, que se dedica a la rutinaria pero cómoda tarea de expedir las licencias de caza y pesca. Vive feliz en casa de sus padres, mimado por su madre, y con una novia con la cual no tiene intención de casarse ni tener hijos. Pero su mundo se derrumba cuando el Estado decide eliminar las provincias. Antes que aceptar una indemnización y buscar ... [+]
6 de mayo de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La combinación Zalone-Nunziante, el primero como guionista y protagonista y el segundo como guionista y director, resulta francamente efectiva. No se complican, afilan con sumo cuidado sus dardos para lanzarlos sobre algún objetivo centro de sus obras.

Nos brindan así una nueva pieza de cine europeo que explota la idiosincrasia, en este caso, del funcionariado italiano. Esta película, titulada originalmente ‘Quo vado’, es un espejo deformante en el cual, tal vez sin saberlo, sus creadores han reflejado no sólo a sus compatriotas, sino también a muchos vecinos de la Unión. La historia es incluso llevada a los extremos, al contraponer muchos hilarantes tópicos de los italianos con la también tópica corrección nórdica, de una sátira que destila incorrección política.

Esta película de aspiraciones populares narra las peripecias de un funcionario que se dedica a la rutinaria pero cómoda tarea de expedir licencias de caza y pesca. Vive en casa de sus padres, mimado por su madre, con una novia con la cual no tiene intención de casarse ni tener hijos… se cree poco menos que el rey del mundo. Pero ese mundo suyo se derrumba cuando el Estado decide eliminar su unidad administrativa. Antes que aceptar una indemnización y buscar otro trabajo, el protagonista está dispuesto a aceptar traslados a las regiones más remotas de Italia. Su afán por agarrarse al puesto fijo le lleva hasta Noruega. Allí, el ácido y zafio humor inicial pierde fuelle para asentarse en tópicos fáciles y lineales. A medida que avanza la película, ésta recupera por momentos el fuelle perdido gracias a Zalone, lo que para algunos puede salvarla, y para otros hundirla, pues por momentos es muy divertido, pero en otros puede resultar cargante, incluso irritante.

En definitiva, ’Un italiano en Noruega’ entra, por poco pero entra, en esa lista, en cierto modo familiar, de recomendaciones europeas para reírnos de nosotros mismos o de ver como otros combaten sus clichés con humor: ‘Bienvenidos al norte’ (2008), ‘Bienvenidos al sur’ (2010), ‘Nada que declarar’ (2010) o ‘Bienvenidos a Grecia’ (2015) entre otras.
Víctor Taranilla
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