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Voto de Adrián Esbilla:
7
Drama Mac Sledge, un alcohólico vagabundo que fue en otros tiempos un cantante famoso, entra en la vida de una solitaria viuda, que vive con su hijo en la árida llanura de Texas. El problema es que Mac, antes de empezar una nueva vida, debe enfrentarse a un doloroso pasado. (FILMAFFINITY)
30 de octubre de 2009
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un “americana” mezcla de sequedad y ternura que supone casi el último buen título (al menos hasta la nada despreciable “Paseando a Miss Daisy” y despues de ella, también) de Bruce Beresford, uno de los más interesantes directores de finales de los 70 y primeros 80 asombrosa y rápidamente devaluado tras este exitoso (y hoy olvidado) trabajo, el primero tras su soberbia etapa australiana. Beresford impone su estilo sobrio y un punto árido, basado en la fuerza de una puesta en escena y una planificación precisa y sin altisonancias llamativas, sobre cualquier posible tentación melodramática en esta historia de un acabado cantante borrachín que termina por rehacer su vida tras una monumental curda al conocer a la mujer y el muchacho que regentan la gasolinera y motel en el que se ha quedad tirado. Una historia de amor tan sincera como desnudada de folletín entre dos personajes necesitados que además usa con elegancia la belleza magullada del “country”, el único “blues” posible para los blancos, de los “honky tonk heroes” a los que cantaba Waylong Jennings como simbología vital y perfecta ambientación rebosante de autenticidad, planteando con inteligencia y modestia una (otra) relectura de los códigos del “western” en su vertiente “contemporánea”. Dramática, tierna, rugosa y sobretodo profundamente americana en esa segunda oportunidad, en esa posibilidad de rechazar el pasado pese a que el pasado siempre vuelva a asomarse, siempre vuelva a revolver el polvo.
Adrián Esbilla
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