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Voto de Pp Ferrer S:
8
Drama Okin es una ex geisha que se dedica a prestar dinero a empresarias de la zona, muchas de las cuales son asimismo antiguas geishas. Vive en un modesto pero confortable hogar del distrito central de Tokio con una criada sorda llamada Shizuko. Obstinada a la hora de cobrar los pagos que sus clientas le deben, a menudo debe enfrentarse a su irritación y a generosas dosis de sarcasmo. (FILMAFFINITY)
10 de febrero de 2018
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una película que Naruse tuvo que disfrutar, pues trata de una historia de mujeres y con una gran actriz, Haruko Sugimura. Se trata de una historia de geishas, ya mayores y fuera de su trabajo, lo cual nos lleva a ver un Japón más moderno pero recientemente unido al Japón anterior a la guerra. Ahora es el dinero lo que más importa cuando hasta hace poco eran las personas y su dignidad. La mujer estaba sometida al hombre, pero ahora, cuando muchos hombres han muerto en la guerra, es la mujer la que lleva las riendas en el hogar. Una secuencia muy importante y la más interesante, a mi modo de ver, en la película, es cuando Okin, la protagonista, revisa sus viejas fotografías (hay que decir que está guapísima cuando era joven) y termina con la de su amante, que también era joven, y a su criada sordomuda (una gran interpretación) le dice que le deje entrar a casa cuando llegue. Inmediatamente Naruse introduce la llegada de este antiguo amante a la casa de Okin, ambos son viejos, pero en la atmósfera cinematográfica se nota que entre ellos hay algo, el paso del tiempo. Los planos son magníficos: puertas que se cierran y abren. Esta secuencia debería ser considerada como un ejemplo de interpretación, pero al mismo tiempo como la humillación del hombre, antaño señor de las mujeres. Unas mujeres que saben que dominan su entorno inmediato, a sus maridos y a sus hijos. Pero su existencia no es solo el tiempo presente, fundamentalmente es el pasado que les ha llevado a ser lo que son ahora. Y al final, no podía faltar, aparece el tren, la esperanza, “los jóvenes saben como vivir” Y para remate final, un magnífico homenaje desde Japón a la maravillosa Marilyn que en esos momentos está en pleno auge de su carrera cinematográfica, sin atisbar lo que más tarde ocurrirá.
Pp Ferrer S
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