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Voto de Yo Claudio:
8
Drama Tras la larga Guerra de las Dos Rosas (1455-1487), en la que se enfrentaron las familias de los Lancaster y los York por el trono inglés, Inglaterra disfrutó de un periodo de paz bajo el reinado de Eduardo IV. El hermano de rey, el deforme Ricardo, un hombre envidioso, perverso y muy ambicioso, recurre al engaño y a la manipulación para tejer una red de intrigas y crímenes en torno al rey con el fin de conseguir la corona. (FILMAFFINITY) [+]
27 de marzo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Última parte de esta recreación cinematográfica que nos ha regalado la BBC sobre la obra del gran autor inglés y las vicisitudes que llevaron al choque en la conocida como la guerra de las Dos Rosas, que enfrentó intermitentemente a los miembros y partidarios de la Casa de Lancaster contra los de la Casa de York entre 1455 y 1487 (las dos grandes casas nobles de la Inglaterra medieval), hasta la desembocadura en la dinastía Tudor.

La historia en esta ocasión, se centra en describir el breve pero desgarrador reinado de un monarca inestable, urdidor de complots y asesino consumado, que no dudó en quemar a todo y a todos su alrededor para alcanzar la corona, y quizás así, colmar sus psicópatas ambiciones (donde muy probablemente sus problemas físicos y de rechazo tendrían mucho que decir). Dos años de tribulaciones y enfrentamientos que desgarraron civilmente a una Albión que veía sucumbir los años de paz que Eduardo V proporcionaría, y que aceleraba el fin de la edad media, para con una nueva dinastía, que volvía a unir a las antiguas casas contendientes, entrar al Renacimiento de la mano de Enrique VII.

Como actor principal, en el papel del Rey Ricardo III encontramos a un soberbio Benedict Cumberbatch que borda una interpretación genial, acompañado de un elenco de lujo que dan un toque teatral, muy británico, a la producción.

Desde la perspectiva técnica, la serie ha ido avanzando claramente a mejor, ciñéndose al espíritu de la obra de Shakespeare, pero tornándose más dinámica y mejor ambientada (las mejoras de presupuesto se notan para bien).

En definitiva, una obra muy notable y para degustar con tranquilidad, quizás no apta para algunos, pero que si la dejas reposar, te irá abriendo el apetito por el siguiente capítulo, a la mesa de tan famosos monarcas.

Todo ello sin olvidar, que nos encontramos ante la adaptación de la historia según Shakespeare, y no lo que realmente acaeció, aunque mucho de lo escrito, perfectamente concordaría con la realidad, eso sí, sin esos diálogos tan exquisitos que nos dibuja el famoso dramaturgo.
Yo Claudio
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