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España España · Pola de Lena
Voto de Cecil:
8
Aventuras. Drama Cuenta la historia de la misión de la NASA que llevó al primer hombre a la luna, centrada en Neil Armstrong (Ryan Gosling) y el periodo comprendido entre los años 1961 y 1969. Un relato en primera persona, basado en la novela de James R. Hansen, que explora el sacrificio y el precio que representó, tanto para Armstrong como para los Estados Unidos, una de las misiones más peligrosas e importantes de la historia de la humanidad. (FILMAFFINITY) [+]
30 de abril de 2019
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La biografía de Neil Armstrong realizada por Chazelle es sorprendente, desde luego muy lejos de lo que uno tiene en mente en éste tipo de producciones, biopics a mayor honra de la figura representada.
Nada más lejos de las intenciones de " First Man".
Encontramos dos partes muy diferenciadas, que forman un todo realmente emocionante.
Por un lado, conocemos a un joven piloto, padre de dos hijos, presentándonos una situación trágica, una enfermedad que parte la vida del matrimonio. Chazelle apuesta por una fotografía porosa, emulando esas cintas caseras de super 8, una especie de documental familiar, con planos cortos, primeros planos que te introducen en la dinámica de los Armstrong, la realidad de una hija moribunda y el terrible dolor que provoca en el hogar. Cortes rápidos que muestran la devastadora sensación de pérdida que acompañará a los personajes principales durante toda la trama.
A partir de ahí, la película cambia. Los Armstrong se mudan, la NASA entra en juego y somos introducidos en un espacio opresivo, una comunidad científica desarrollando miles de cosas a contra reloj , la atmósfera crece, Chazelle amplia el universo y nos introduce en un momento histórico en el que combinamos dos narraciones, la familiar, con un estudio profundo de la psicología intrafamiliar, con un protagonista callado, introvertido y responsable, ausente y perdido por momentos.
Por otro lado, la carrera espacial, la camaradería entre los aspirantes a astronautas, con una competencia interna y otra con la URSS.
Bien narrada, con calma pero brillantemente montada, con una apuesta por mostrar el proceso de aprendizaje, prueba-error, fallos, fracasos y vuelta a empezar. Un método científico que resulta todo un reto al ser transformado en imágenes. El montaje de sonido es fundamental, nos introduce en las pruebas con los cohetes, el ensordecedor ruido de los motores, lo frágiles que son los compartimentos, una sensación de miedo y claustrofobia.
La heroicidad y el colosal logro del alunizaje construido a base de frustración, dolor, lucha y pérdida.
La frialdad de la personalidad de Armstrong nos permite, por contraste, disfrutar de varias secuencias realmente poderosas, en las que vemos cómo Neil lidia ( o huye ) del dolor. La química con Jason Clark es fenomenal y permite algunos momentos muy notables ( la primera vez que Armstrong habla, a su manera, de su hija fallecida) y hace más impactante su terrible desenlace. Resulta sorprendente que no se haya valorado más el fantástico trabajo de Ryan Gosling, componiendo un personaje complejo, expresando con silencios, reaccionando con pequeños gestos ( esa copa que se rompe, un beso en el espejo).
Chazelle construye la parte final, la más esperada e icónica, lentamente pero sin pausa. Con una despedida descorazonadora ( como siempre lo es cuando un niño comprende que sus padres son mortales), la dificultad de una personalidad que huye de la emotividad de una familia que siempre teme perder, con su hija siempre en su mente, y una misión tremendamente compleja ( maravillosamente expresada en una simple escena "¿que te llevarías al espacio?", "más combustible"), con una sensación de lo frágil que resulta toda la tecnología que debe proteger la vida de los cosmonautas, con una puesta en escena en la que Chazelle mantiene su pulso narrativo y aumenta la apuesta por un realismo crudo, emocionante viaje lunar, finalizando en la esperada secuencia en la que Armstrong suelta la que es, quizás, la frase más conocida de la Historia. Pero Chazelle, de nuevo, mantiene un discurso coherente, una naturalidad que no apuesta por el subrayado sino por la continuidad y la tensión mantenida. Porque aun tiene un as en la manga, el culmen de la emoción contenida no es la mítica frase sino en un gesto mudo, un brindis maravilloso, un detalle que va directo al corazón. La hija de Neil Armstrong, siempre en el recuerdo de su padre, mostrado de una manera tan maravillosa que golpea al espectador de manera demoledora.
Me gustaría, para acabar, centrarme en la banda sonora. Una parte más del guión. Un soporte emotivo, que rima con la propia película. Una composición simple, sencilla que a lo largo de las dos horas y diez minutos acompaña , se transforma, aumenta el numero de instrumentos, se vuelve más compleja, al igual que la trama, pero mantiene su estructura. Nos mece e introduce en cada cambio narrativo, complementa y aumenta cada secuencia. Absolutamente magistral. Como la película.
Cecil
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