Thriller turbio con ecos al noir norteamericano setentero.
La principal diferencia que establece " Destroyer " la vemos en la protagonista, una extraordinaria Nicole Kidman interpretando a una inspectora de homicidios rota, quemada y a un paso de estar acabada.
Kusama alterna una doble narración entre el pasado y el presente de la inspectora, en el que vemos cómo un caso de su pasado ( y el desarrollo del mismo) acaba salpicándole en su presente, cómo todos los hechos sucedidos años atrás acaban marcando profundamente, tanto física como psicológicamente, a la vida de Erin Bell.
La ambientación y la atmósfera son sobresalientes, sin duda lo mejor de la película. Te transportan a las calles de una ciudad fría y dura, a una vida fracturada, estancada por los errores del pasado. Resulta un estudio de un personaje torturado realmente interesante, en el que asistimos al inicio de su carrera y, a la vez, un contrapunto crepuscular, trufado todo ello por una puesta en escena firme y elegante y que contiene una escena de acción totalmente cautivadora, que rompe el ritmo y deja clavado en el asiento y marca el tono del final de la trama.
Al observar la imágen completa, una vez finalizada " Destroyer ", nos permite una reflexión acerca de las decisiones, las tentaciones y el equilibrio moral y todas las repercusiones que éstas nos dejan, las marcas profundas que causan, la oscuridad del alma que evoca un deterioro espiritual y carnal.