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México México · morelia
Voto de mikealeks:
7
Drama Una joven anoréxica (Lily Collins) empieza un tratamiento poco convencional en un centro donde crea lazos con otros internos que también sufren trastornos alimentarios. (FILMAFFINITY)
15 de julio de 2017
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se empieza a volver una norma que cada vez que Netflix intenta meterse con un tema delicado, la ola de especulaciones y críticas a priori salen al ataque. Tratándose de una plataforma accedida por un público popular y en su mayoría joven, se considera delicado cuando un tema no se maneja con el suficiente cuidado, incluso con corrección política. Muchos parecen no solo subestimar la inteligencia del público, también olvidarse de que el refugio en los estereotipos es el peor tratamiento de un tema, y peor aun, no tratarlo siquiera.

To The Bone, sin embargo, no es una propuesta demasiado arriesgada —en este caso con el tema de la anorexia y los trastornos alimenticios—. Y no es difícil comprender por qué muchos juzgaron de antemano el trailer cuando este parece anunciar una comedia donde algunos gags de humor grisáceo buscan abordar el problema de una manera digerida y sin compromiso real, pero la película no es nada de eso.

Se trata de la historia de Ellen, una chica entrando en la adultez, amante del arte y el dibujo, que lucha con su anorexia y carga con la culpa de que sus expresiones publicadas en internet pudieran haber hecho daño a otra persona. Con una madrastra torpemente interesada en su sanación y que sin entender realmente el problema se esfuerza por ayudarla, Ellen carece de una verdadera comprensión. Su madre biológica, aún más frágil y desubicada, simplemente se rindió a mantenerla bajo su tutela, vive su vida aparte pese a darle su apoyo moral. Lo que parece su última oportunidad para mejorar, es internarse en un centro junto a otros chicos con problemas similares, bajo la vigilancia de un médico con procedimientos ligeramente arriesgados.

Casi desde el comienzo se percibe una estructura narrativa convencional, lo cual, aunado al acostumbrado estilo visual de las producciones de Netflix, sobrio y con colores apastelados, introduce en un tono suave pero no carente de golpes dramáticos. Aunque al inicio se advierte de que ciertos elementos pueden herir sensibilidades, hay una contención en cuanto a mostrar cuerpos horrorozamente marcados por la enfermedad o situaciones crudas. La fuerza del concepto no versa sobre el deseo de impresionar ni sacar lágrimas mediante chantajes brutales, lo cual es ya un punto a favor cuando normalmente los temas difíciles se plasman de esa forma en las primeras películas que los tratan. Aquí se salta ese “paso” para entrar al fondo, sin concesiones a los enfermos, sin lástimas por los que sufren.

El drama ilustra una familia temerosa y reticente a algo que en realidad desconocen, retratados con naturalidad y considerable ausencia de clichés. La protagonista, una chica de actitud confrontadora pero ordinaria mayormente, está genialmente interpretada por una Lily Collins comprometida y convincente, haciendo un papel con quien encuentra familiaridad al haber padecido ella misma un trastorno alimenticio. La directora y escritora, Marti Noxon, quien retrata parte de su propia experiencia con la anorexia, busca dirigir la reflexión de la manera más incisiva que el concepto le permite, con diálogos que retratan con credibilidad a cada personaje y argumentos que casi dejan atrás la labor pedagógica para penetrar en los puntos clave acerca de lo que aqueja a los personajes, su lucha y las razones por las cuales se resisten a salir. El sistema planteado para la mejora de Ellen busca confrontarla con la culpa que carga por dejar de ser persona y convertirse en un problema, la hace apreciar la vida no como un camino a un objetivo, sino como el objetivo en sí. Se le obliga a ver que su principal obstáculo es la cobardía y la auto indulgencia. Ten un par de huevos y vive, es el mensaje.

Pese a que el fondo temático suena áspero y poco correcto, la película consigue deslizarlo con ligereza y capacidad de convencimiento. La trama se desarrolla de forma muy amena, sin que los momentos amables resten realismo ni autenticidad. En cierto momento, puede preverse el típico ascenso del optimismo que precede a la recaída pesimista, y aun así la historia se mantiene sólida por su buena construcción de personajes, con algunas escenas totalmente emotivas y cargadas de emociones genuinas.

Es difícil decir si To The Bone logrará salvar vidas o convertirse en el máximo referente en el tema de los trastornos alimenticios, pero si algo deja claro con su bien documentado guión, es que las personas con tales problemas padecen cuadros altamente complicados y su lucha es tan distinta como cada persona, pero todos requieren de algo que siempre cuesta trabajo pedir: valor.

La producción de Netflix no solo calla la boca a sus temerosos guardianes de la solemnidad patológica, hace una pieza de reflexión y sano entretenimiento. Una de las mejores propuestas del año.
mikealeks
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