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Voto de Javicaysa:
4
4,5
20.778
Acción. Thriller
El policía John McClane (Bruce Willis) se encuentra por sorpresa en Moscú con su hijo Jack (Jai Courtney) en el lugar y momento equivocados. Con los peores elementos de los bajos fondos rusos tras ellos y luchando contrarreloj para evitar una guerra, los dos McClane descubren que sus métodos opuestos para enfrentarse a las dificultades les pueden venir bien para aunar fuerzas para mantenerse vivos. (FILMAFFINITY)
14 de febrero de 2013
134 de 154 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los más veteranos quizá recuerden todavía cómo el genuino John McLane era un héroe muy sufridor. Era listo como él solo, con su olfato sagaz y sus argucias sutiles, y les desbarataba el plan a los villanos más inteligentes y precisos. Sobrevivía con arte y oficio, y mientras tanto le sucedían mil y una putadas que le hacían sudar la gota gorda. Para colmo, andaba el hombre metido en disputas familiares.
Bueno, pues olvídense de ese John McLane. En esta quinta parte eclosiona lo que ya se perfilaba en la cuarta: ahora no es John, es la caricatura de una caricatura de una caricatura. Ni sufre, ni es listo, ni es humano, ni es -apenas- un personaje. Sus líneas de diálogo consisten, una por una (por favor, se lo ruego: cuéntenlas y fíjense), en una retahíla de gracias sin gracia, de chulerías, de cinismos y de obviedades. Dice treinta veces eso de "¡estoy de vacaciones!" por lo menos: las primeras 18 te sonríes; las otras 12 ya cansan. Y ni siquiera está de vacaciones (no sé si repararon en eso los guionistas: va a Rusia a por su hijo, ¿no?). También dice mucho "vamos a matar a los malos". ¿Quién ha escrito esas líneas de diálogo? Qué vergüenza.
Pero cuando tiene que actuar... ahí es casi peor que cuando habla. Le da lo mismo estrellarse con un coche a 200 kms/h. Le importa un bledo que le tiroteen 30 sicarios. No le impresiona que le tengan de rodillas y maniatado para ejecutarle. Apenas le altera saltar desde un edificio de 100 metros de altura. Llega a Moscú, y a los 10 minutos ya está en una persecución mortal por la autopista. Sin esfuerzo, sin nervios, sin despeinarse. Hasta mantiene divertidas conversaciones telefónicas mientras está jugándose la vida.
Y en toda la película no se le quita la sonrisita de la boca. Sigue con cara de estar gozando cada segundo y sigue soltando tontadas para que se ría el patio de butacas. Va tan de sobrado, que en vez de ver a un personaje, ves a Bruce Willis pasándoselo teta mientras ruedan a los demás actores, que -para que la cosa sea aún peor- sí tratan de actuar en serio.
Este McLane ni sufre, ni siente, ni padece, ni es nada. No deduce nada en toda la película, no es sagaz. No tiene dudas. Ni miedo. Es cartón piedra, parodia, un huevo de pascua bien vacío.
Me dirán ustedes que muy bien, pero ¿el resto? ¿Como peli de acción cómo está? ¿Y los secundarios? ¿Y los malos? Pues bueno: está bien. Es entretenida, hay escenas espectaculares, la trama es un poco tonta pero no derrapa, el hijo de McLane está bien... como película de acción, es más que pasable. No extraordinaria, pero está bien.
No obstante, ¿cómo puede reponerse al hecho de que su protagonista parezca imbécil? Los guionistas, dando por hecho que el espectador conoce a McLane, no le dan nada más que tópico tras tópico. Pero, si no has visto las anteriores, pensarás que ese tal McLane es sencillamente subnormal.
En fin, un desastre en conjunto que hace la película inverosímil y olvidable.
Para cosas de la trama, caballeros, al spoiler.
Bueno, pues olvídense de ese John McLane. En esta quinta parte eclosiona lo que ya se perfilaba en la cuarta: ahora no es John, es la caricatura de una caricatura de una caricatura. Ni sufre, ni es listo, ni es humano, ni es -apenas- un personaje. Sus líneas de diálogo consisten, una por una (por favor, se lo ruego: cuéntenlas y fíjense), en una retahíla de gracias sin gracia, de chulerías, de cinismos y de obviedades. Dice treinta veces eso de "¡estoy de vacaciones!" por lo menos: las primeras 18 te sonríes; las otras 12 ya cansan. Y ni siquiera está de vacaciones (no sé si repararon en eso los guionistas: va a Rusia a por su hijo, ¿no?). También dice mucho "vamos a matar a los malos". ¿Quién ha escrito esas líneas de diálogo? Qué vergüenza.
Pero cuando tiene que actuar... ahí es casi peor que cuando habla. Le da lo mismo estrellarse con un coche a 200 kms/h. Le importa un bledo que le tiroteen 30 sicarios. No le impresiona que le tengan de rodillas y maniatado para ejecutarle. Apenas le altera saltar desde un edificio de 100 metros de altura. Llega a Moscú, y a los 10 minutos ya está en una persecución mortal por la autopista. Sin esfuerzo, sin nervios, sin despeinarse. Hasta mantiene divertidas conversaciones telefónicas mientras está jugándose la vida.
Y en toda la película no se le quita la sonrisita de la boca. Sigue con cara de estar gozando cada segundo y sigue soltando tontadas para que se ría el patio de butacas. Va tan de sobrado, que en vez de ver a un personaje, ves a Bruce Willis pasándoselo teta mientras ruedan a los demás actores, que -para que la cosa sea aún peor- sí tratan de actuar en serio.
Este McLane ni sufre, ni siente, ni padece, ni es nada. No deduce nada en toda la película, no es sagaz. No tiene dudas. Ni miedo. Es cartón piedra, parodia, un huevo de pascua bien vacío.
Me dirán ustedes que muy bien, pero ¿el resto? ¿Como peli de acción cómo está? ¿Y los secundarios? ¿Y los malos? Pues bueno: está bien. Es entretenida, hay escenas espectaculares, la trama es un poco tonta pero no derrapa, el hijo de McLane está bien... como película de acción, es más que pasable. No extraordinaria, pero está bien.
No obstante, ¿cómo puede reponerse al hecho de que su protagonista parezca imbécil? Los guionistas, dando por hecho que el espectador conoce a McLane, no le dan nada más que tópico tras tópico. Pero, si no has visto las anteriores, pensarás que ese tal McLane es sencillamente subnormal.
En fin, un desastre en conjunto que hace la película inverosímil y olvidable.
Para cosas de la trama, caballeros, al spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
1- Mi hijo está detenido en Rusia por asesinato. Viajo a Moscú, me planto frente a los tribunales, estalla una bomba, mi hijo se acaba de fugar y lo veo en una furgoneta. Trato de hablar con él, mi hijo no me escucha y se pira. Robo un furgonetón y me dedico a cruzar Moscú en una carrera mortal contra un semi tanque. Sí, claro, McLane. Porque eres Dios, ¿no?
2- El hijo mata a un tío en una discoteca para que lo detengan, y así poder hacer su plan. ¿Eso no es un señor homocidio en toda regla, al margen de la ley, y no es totalmente imputable? Qué hijo de la gran...
3- El plan del malo es chirpitifláutico: estoy preso, pero intento que mi enemigo ministro me quiera secuestrar para darle un informe. Para ello confío en que vuele por los aires el juzgado. Luego, no obstante, me dejo liberar por unos espías americanos. Les hago quedar con mi hija, que está aliada con el ministro y que finge traicionarme, para que los tíos del ministro me atrapen, con la excusa de darles el informe. Vamos a por el informe, pero es todo un plan para ir a Chernóbil y coger Uranio. Entre medias, me dan un tiro en el brazo que se me cura solo, y tratan de matarme (muy lógico). ¿No era más sensato, caramba, decirle al ministro desde el principio que le dabas el informe, y luego liársela?
4- Destrocemos Chernobil. No pasa nada, ¿no? La radiación sólo afecta a dos metros cuadrados, ¿no? Y, total, si tenemos maquinitas para quitar el 100% de la radiación, ¿no?
2- El hijo mata a un tío en una discoteca para que lo detengan, y así poder hacer su plan. ¿Eso no es un señor homocidio en toda regla, al margen de la ley, y no es totalmente imputable? Qué hijo de la gran...
3- El plan del malo es chirpitifláutico: estoy preso, pero intento que mi enemigo ministro me quiera secuestrar para darle un informe. Para ello confío en que vuele por los aires el juzgado. Luego, no obstante, me dejo liberar por unos espías americanos. Les hago quedar con mi hija, que está aliada con el ministro y que finge traicionarme, para que los tíos del ministro me atrapen, con la excusa de darles el informe. Vamos a por el informe, pero es todo un plan para ir a Chernóbil y coger Uranio. Entre medias, me dan un tiro en el brazo que se me cura solo, y tratan de matarme (muy lógico). ¿No era más sensato, caramba, decirle al ministro desde el principio que le dabas el informe, y luego liársela?
4- Destrocemos Chernobil. No pasa nada, ¿no? La radiación sólo afecta a dos metros cuadrados, ¿no? Y, total, si tenemos maquinitas para quitar el 100% de la radiación, ¿no?