Quizás el final sea demasiado dramático, pero quizás, sólo así, se pueda concienciar de adónde NO se debe llegar ni esperar. La directora resulta odiosa por su papel de "aquí no pasa nada". Buen papel aunque breve de JULI FÁBREGAS. El perfil de Nacho es el típico: frustrado por su vida, en este caso por malos tratos de su padre, decide pagarlo igualmente con el más débil, porque "es lo más fácil". Decir que en esta película vemos cómo Jordi cuenta con internet y el foro de víctimas de acoso escolar, algo que yo a mis 14 años no tuve. También cuenta con Ania y con Bruno, pero quizás todo eso no es suficiente. El miedo atrapa a todos los que son conscientes del acoso de Jordi pero ninguno tiene valor para enfrentarse a ello. La actuación de Nacho llega a ser auténtico terrorismo delictivo. Quizás sólo si sufriera en sus carnes el mismo acoso que él prodiga podría entender lo que se siente. Y el acoso escolar no termina en el colegio para los que sobrevivimos a ello. El acoso escolar se queda en nuestras retinas, en nuestra alma, porque fue lo que nos forjó el aprendizaje de la vida, lo primero que descubrimos. Y acoso escolar también es recibir una mala contestación de un compañero de trabajo, un desprecio de tu jefe, la incomprensión de tu familia. El acoso escolar sigue en el trabajo cuando creces, tu compañera que te humilla delante de los clientes, tu jefe que te machaca porque te encuentra llorando en el baño. Todos son partícipes de ese acoso escolar, ninguno es inocente de las posibles consecuencias. ¿Acaso se pueden compadecer del dolor ajeno de las guerras en el mundo cuando en el día a día se dedican a machacar y humillar al compañero de trabajo o empleado porque está por debajo de ellos? El único consuelo que queda es que está claro que ellos son infelices y desgraciados. Un alma en plena armonía no puede dedicar su tiempo a hacer desgraciados a los demás. La salvación es difícil de encontrar. Yo la encontré en mi música, mis cómics, mis películas y series de TV. Aún hoy tengo miedo de vez en cuando a entrar en ciertos locales, discotecas, lugares con multitudes, fiestas populares, y eso no desaparece nunca. Después de 10 años buscando un compañero como motivación para seguir vivo, al final apareció y está a mi lado. Vamos a hacer un año juntos. Quizás nunca sea feliz plenamente, pero al menos estoy vivo y puedo contarlo. A mí me salvó el amor, la búsqueda de él. Que se acabe el acoso, en el colegio, en el trabajo, en la calle... Suerte a todos.