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Voto de janto:
6
5,5
37.844
Aventuras. Acción. Drama
España Imperial, siglo XVII. Diego Alatriste, valeroso soldado al servicio de su majestad, combate en la guerra de Flandes. En una emboscada de los holandeses, Balboa, su amigo y compañero de armas, cae herido de muerte y le hace una petición que Alatriste promete cumplir: cuidar de su hijo Íñigo y alejarlo del oficio de las armas. Posteriormente, Alatriste, que malvive alquilando su espada, es contratado junto a otro mercenario, el ... [+]
28 de noviembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo confesar que no me he leído ninguna de las novelas que forman la saga sobre el Capitán Alatriste, personaje creado por el escritor Arturo Pérez Reverte. Hago mención de esta circunstancia porque mi crítica no se verá empañada por el recuerdo de los originales literarios y, por lo tanto, no estaré sometido a las odiosas comparaciones entre dos fenómenos culturales distintos, regidos por modos narrativos divergentes. Así pues, la mirada del que escribe a la hora de ver y valorar esta película puede considerarse virgen.
Lo primero que llama la atención de "Alatriste" es el casi fragmentario discurso narrativo que tanto ha sorprendido (y disgustado) a muchos espectadores. Los meandros argumentales, las digresiones de la trama, ponen en entredicho el desarrollo convencional de la película. No ha sidol a intención del director, Agustín Diaz Yanes, en connivencia con el propio escritor, elaborar un guión basada en los típicos tres actos (principio, nudo y desenlace). Todo lo contrario. Bebiendo en las fuentes del cine europeo, "Alatriste" da más importancia al detalle, a lo anecdótico, y, sobre todo, al personaje protagonista que a la historia propiamente dicha. Lo que nos cuenta, en definitiva, esta excelente película, es la vida de un hombre, el Capitán Diego Alatriste, y un entorno, la España de Felipe IV. "Alatriste" está más cerca de "La reina Margot" e, incluso, de "Alejandro Magno" de Oliver Stone que, por ejemplo, "El reino de los cielos" y de "Troya", donde lo importante es la trama novelesca y no el trasfondo histórico, mero pretexto para la acción. El ritmo es fluído y el guión obliga al espectador a participar, a desentrañar algunos acontecimientos elípticos, característica que ha desagradado a los que están acostumbrados a recibirlo todo mascado, y que, sin embargo, consigue darle aún más rudeza y verosimilitud a la historia. Por ejemplo, Iñigo es detenido bajo la acusación de espionaje para el rey de Francia. Es obvio que se trata de un cargo falso que el Conde de Guadalmedina ha pertrechado con la ayuda del inquisidor Bocanegra. La escena está, pero no se remarca. Según mi opinión favorece el aliento épico de semejantes películas esta brusca forma de narrar. Por cierto, las escenas de esgrima son soberbias, secas, expeditivas, poco coreografiadas.
Lo primero que llama la atención de "Alatriste" es el casi fragmentario discurso narrativo que tanto ha sorprendido (y disgustado) a muchos espectadores. Los meandros argumentales, las digresiones de la trama, ponen en entredicho el desarrollo convencional de la película. No ha sidol a intención del director, Agustín Diaz Yanes, en connivencia con el propio escritor, elaborar un guión basada en los típicos tres actos (principio, nudo y desenlace). Todo lo contrario. Bebiendo en las fuentes del cine europeo, "Alatriste" da más importancia al detalle, a lo anecdótico, y, sobre todo, al personaje protagonista que a la historia propiamente dicha. Lo que nos cuenta, en definitiva, esta excelente película, es la vida de un hombre, el Capitán Diego Alatriste, y un entorno, la España de Felipe IV. "Alatriste" está más cerca de "La reina Margot" e, incluso, de "Alejandro Magno" de Oliver Stone que, por ejemplo, "El reino de los cielos" y de "Troya", donde lo importante es la trama novelesca y no el trasfondo histórico, mero pretexto para la acción. El ritmo es fluído y el guión obliga al espectador a participar, a desentrañar algunos acontecimientos elípticos, característica que ha desagradado a los que están acostumbrados a recibirlo todo mascado, y que, sin embargo, consigue darle aún más rudeza y verosimilitud a la historia. Por ejemplo, Iñigo es detenido bajo la acusación de espionaje para el rey de Francia. Es obvio que se trata de un cargo falso que el Conde de Guadalmedina ha pertrechado con la ayuda del inquisidor Bocanegra. La escena está, pero no se remarca. Según mi opinión favorece el aliento épico de semejantes películas esta brusca forma de narrar. Por cierto, las escenas de esgrima son soberbias, secas, expeditivas, poco coreografiadas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Viggo Mortenssen interpreta magistralmente a su personaje. Más allá de su muy convincente porte físico, el actor se mete en la piel de Alatriste de tal manera que sus gestos, miradas y ademanes delatan una profunda labor de caracterización. Interpreta tanto con la palabra como con el cuerpo. Un tema socorrido ha sido la oportunidad o no de doblar su voz. Mi opinión es que ese tono cascado, susurrante y lacónico le va como anillo al dedo a un soldado cansado, de vuelta de todo, herido en la carne y en el alma.
Unax Ugalde como Iñigo de Balboa, hijo de un amigo suyo caído en combate, acierta al darle a su personaje unos rasgos arrogantes, cuya inexperiencia se solapa con la rapidez del aprendizaje. En alguna ocasión parece un reflejo del propio Alatriste, más joven y orgulloso.
Javier Cámara da vida al Conde Duque de Olivares, valido del rey. Sobria labor que no destaca especialmente, pero que tampoco desmerece en demasía con el resto del plantel de secundarios. Sorprende, en cualquier caso, su registro dramático, inesperado y poco conocido.
Eduardo Noriega como el Conde de Guadalmedina, cubre el cupo y nada más. Protector de Alatriste, elegante, frío y ambicioso, su papel es breve, pero bien definido.
Enrico Lo Verso es un adecuado Gualterio Malatesta, mercenario a las órdenes de los enemigos de Guadalmedina. Enemigo de Alatriste, soldado y mercenario como él, comparte con el protagonista una ética particular en un mundo donde la traición está a la orden del día.
Juan Echanove compone un magnífico Francisco de Quevedo. Acérrimo adversario del Conde Duque, escritor de verbo solapado y lacerante, amigo de Alatriste, consigue que al espectador se le haga corta su intervención.
Ariadna Gil como María de Castro, la actriz de la cual el protagonista se enamora está realmente bien, especialmente en las escenas más íntimas con Alatriste.
El resto del elenco, convincente como Elena Anaya, el objeto del deso de Iñigo, soberbio como Eduard Fernández dando vida a fiel Sebastián Copons.
"Alatriste" se revela como una sorpresa en el exiguo panorama cinematográfico español. Una digna superproducción que exhibe una hermosa fotografía, una lograda banda sonora y un diseño de producción realmente magnífico.
Unax Ugalde como Iñigo de Balboa, hijo de un amigo suyo caído en combate, acierta al darle a su personaje unos rasgos arrogantes, cuya inexperiencia se solapa con la rapidez del aprendizaje. En alguna ocasión parece un reflejo del propio Alatriste, más joven y orgulloso.
Javier Cámara da vida al Conde Duque de Olivares, valido del rey. Sobria labor que no destaca especialmente, pero que tampoco desmerece en demasía con el resto del plantel de secundarios. Sorprende, en cualquier caso, su registro dramático, inesperado y poco conocido.
Eduardo Noriega como el Conde de Guadalmedina, cubre el cupo y nada más. Protector de Alatriste, elegante, frío y ambicioso, su papel es breve, pero bien definido.
Enrico Lo Verso es un adecuado Gualterio Malatesta, mercenario a las órdenes de los enemigos de Guadalmedina. Enemigo de Alatriste, soldado y mercenario como él, comparte con el protagonista una ética particular en un mundo donde la traición está a la orden del día.
Juan Echanove compone un magnífico Francisco de Quevedo. Acérrimo adversario del Conde Duque, escritor de verbo solapado y lacerante, amigo de Alatriste, consigue que al espectador se le haga corta su intervención.
Ariadna Gil como María de Castro, la actriz de la cual el protagonista se enamora está realmente bien, especialmente en las escenas más íntimas con Alatriste.
El resto del elenco, convincente como Elena Anaya, el objeto del deso de Iñigo, soberbio como Eduard Fernández dando vida a fiel Sebastián Copons.
"Alatriste" se revela como una sorpresa en el exiguo panorama cinematográfico español. Una digna superproducción que exhibe una hermosa fotografía, una lograda banda sonora y un diseño de producción realmente magnífico.