Utilizando de base una peli de chinos mala, el señor Oedekerk la reconstruye y amplía haciéndola aún más mala, pero a posta, a base de meter toneladas de gags. Los hay de todas las medidas, gustos y colores, pero para mí los más cachondos son la pelea matrix con la ternera, la cancioncilla que cantan los alumnos al entrenar, y el maestro salidillo y estrambótico con su guante de goma tambien tiene su punto.
Eso sí: como película es una caca y, de hecho, no debería ni ser considerada cine al no contarnos ninguna historia. Pero sólo pretende hacer reír y eso, a ratos, lo consigue con ganas. Recomendable para ver con coleguillas, con unas birritas y unos cigarritos aliñados. En esa circunstancia, hasta se te saltarán los mocos de tanto reir.