Variación del cuento chino (de China, se entiende) del zorro de nueve colas, Yobi es una película con momentos tremendamente infantiles en gran parte de su metraje, aunque lo lioso de la trama en su segunda mitad podría hacer que un crio se aburriese.

Pero no hay cuidado de eso: una animación exquisita, y unos fondos escrupulosamente detallados, con planos inverosímiles potenciadores de la acción que se despliega en muchísimos momentos, impide que cualquier tipo de aburrimiento llegue siquiera a asomar.

El diseño de los personajes es excelente, aunque en su animación se han decantado más por la línea clara, que contrasta especialmente con los fondos repletos de detalles. Mención especial para el personaje del detective espectral, todo un hallazgo por su forma de moverse, que en otras manos hubiese llegado a ser realmente terrorífico.

Con momentos de enorme ternura, de acción disparatada, de reflexión filosófica (e incluso religiosa), se nos presenta una película altamente recomendable por lo muy entretenida que llega a ser, por la inmensa calidad de la animación, y por el precioso mensaje que transmite.

Naturalmente, en nuestro país no se ha estrenado (y dudo que llegue a estrenarse), asi que es una joya bastante dificil de encontrar. Como cualquier tesoro escondido que se precie, vamos.