Comedieta de veinteañeros, con mucho humor absurdo y grueso. No es nada del otro jueves, ni inventa la sopa de ajo, pero hay que reconocer que el ritmo vertiginoso con el que se desarrolla la historia no deja un momento para el aburrimiento, y que algunos gags están muy bien elaborados.
Interpretaciones correctas, bonitas localizaciones bien fotografiadas, y una banda sonora muy curiosa, que abarca desde el "Satisfaction" dance hasta Massenet y Mahler, para una peli modesta, ideal para echarse unas risas con buena compañia, siempre bajo aviso de que no se trata ni mucho menos de una obra sesuda, ni con ninguna otra pretensión que la de entretener y divertir. Y, eso, desde luego que lo consigue.