Empecé Genshiken por ver algo mientras comía, sin esperar gran cosa, y tal vez por eso me ha sorprendido positivamente. Empieza el episodio y me encuentro unos cuantos personajes mal dibujados, sin ningún tipo de rasgo distintivo. Todos me parecen personajes que en otros anime serían “de relleno”, de los de pasar por la calle. Ningún diseño que me ayude a acordarme de sus caras tras el episodio, ningún rasgo de personalidad que despierte el mínimo interés en mí. Sin embargo, para mi sorpresa, no tardo en identificar a los personajes ya a lo largo del segundo episodio por sus personalidades diferenciadas. Aun así, siguen si parecer la gran cosa, pero, ¿cuánta gente lo parece?

Pese a ser un anime y comportarse como tal, los momentos “anime” son relativamente escasos. Las reacciones de los personajes, por lo general, son como lo serían en nuestro día a día. Genshiken no es ninguna obra rompedora, no se libra de los desgastados clichés, tanto a nivel de personajes como a nivel de situaciones. No es perfecto, pero además de “lo de siempre” incluye aspectos poco comunes.Es capaz de mostrar escenas cotidianas con un toque de realismo justo tanto para no aburrir por mundano como para no echarnos para atrás por ser demasiado “fantasioso”. En cierto sentido, ese sentido realista lo hace parecer insulso si lo comparamos con el resto de anime del género. No hay una gran dramatización de los hechos, no hay grandes giros argumentales, ni siquiera demasiados momentos “potentes” entre los personajes. Ni las amistades son de las de arriesgar la vida por los colegas ni los romances de los de declararse a la luz de la luna. Todo pasa de forma muy común, simple, y, aunque no siempre me haya convencido, es uno de los motivos principales por los que me ha atrapado. Viendo a los personajes como estudiantes normales y corrientes, sin grandes metas en la vida, sin gestos grandilocuentes ni expresiones cómico/irritantes que me hagan odiarlos (a excepción de uno, pero que entiendo como necesario hasta cierto punto para mostrar “esa” cara del mundo otaku, odiado incluso por el resto de sus compañeros de club) me creo mucho más lo que hacen, sus preocupaciones y lo que significa para ellos el superarlas. Realmente no “pasa” nada especial, simplemente sus vidas.

A destacar que el romance no es nada satisfactorio, en ningún aspecto. De hecho, tal vez nos muestre algunas de las peores parejas del anime. Cero conexión con el público, ni pizca de química entre los integrantes de la pareja, relaciones sin construcción previa…, por lo menos se mantiene en un plano segundario. No parece algo creado para el público, simplemente algo que ocurre y que los personajes deciden, que está muy bien y acorde al tono comentado, pero no quita que a ti, como espectador, te importe un pepino.

Los personajes cumplen, algunos más y otros menos, pero los personajes en si no son el foco de interés sino las situaciones en las que se encuentran, tanto como grupo como individualmente. No hay un gran desarrollo de personajes. Todos acaban la universidad más o menos como la empezaron, aunque haya un ligero crecimiento personal general. Esos años han sido los años de un grupo de personas normales que se reunían porque compartían gustos, que han disfrutado de sus aficiones conjuntamente, que han discutido, que han hecho “lo de siempre” pero juntos y lo que siempre habían querido hacer gracias a estar juntos. A nivel personal, cada uno lo ha vivido a su manera. Para algunos ha sido toda una aventura, para otros un simple pasar el rato. Aunque nadie cambie radicalmente, todos aprenden algo y, sobre todo, todos han disfrutado su paso por el Genshiken, que era de lo que se trataba.

Al Genshiken no se va a hacer nada trascendental ni extraordinario. Al Genshiken se va a hablar de anime, manga y videojuegos, a hacer visionados conjuntos, tardes de lectura o de juego. Al Genshiken se va a pasar el rato entre clase y clase. Para aquellos interesados con el plan, este es su club, aunque solo vayan de oyente, tal vez se acaben pasando de vez en cuando…