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España España · Euskopucelano en Madrid
Voto de Toma Primera:
8
7,7
314
Documental “To shoot an elephant” es un relato sobre un testigo presencial en la Franja de Gaza. El 27 de diciembre de 2008, la Operación “Cast lead” (Plomo Fundido) estuvo disparando a elefantes durante 21 días. Imágenes urgentes, insomnes, escalofriantes y sucias de los únicos extranjeros que decidieron y consiguieron permanecer, empotrados en las ambulancias de la Franja de Gaza, al lado de la población civil palestina. (FILMAFFINITY)
19 de diciembre de 2010
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Humo en el horizonte, F16 sobrevolando, explosiones de bombas a cada rato, fósforo blanco (prohibido por la Convención de Ginebra) cayendo sobre la población civil, el sonido cercano de los disparos de francotiradores... no es el Call of Duty, no. Es la cruda realidad que le tocó sufrir a la población de Gaza en la operación “Cast Lead”. Balance final: 1.412 muertos en 21 días. La gran mayoría civiles ajenos a la contienda entre Israel y Gaza.

Imágenes que muestran cómo el ejército israelí destroza por igual parques, mercados, almacenes de comida y ropa, y hasta hospitales y ambulancias. Objetivos civiles. Sangre, muerte, desesperación... y mucha gente sufriendo sin saber muy bien ni cómo ni por qué.

También se nos muestran las distintas reacciones de la población... la desesperación y el horror de las madres que ven cómo sus hijos (niños de menos de 10 años) mueren en el hospital. La resignación y la valentía de los conductores de ambulancia, dirigiéndose en cada una de sus salidas a una muerte casi segura. La inocencia de los niños, que se ríen al ver la cámara que les graba, sin ser conscientes de lo que les puede estar esperando a la vuelta de la esquina. Y como no, el odio creciente entre una población que no tiene nada que ver con Hamás ni con el terrorismo, pero que al no tener ya nada que perder preferirían luchar y unirse a estos para hacer todo el daño que puedan a Israel.
Y a pesar de todo, siempre queda gente con suficiente ánimo para seguir gastando bromas, e intentando hacer sonreír a los demás.

Olé por Alberto Arce y el resto del equipo. Hay que tener un par de huevos para, primero, ser capaz de seguir grabando cuando a menos de 100 metros están cayendo bombas o hay francotiradores disparando sin discriminación; y segundo, mostrar al mundo imágenes duras, muy fuertes, pero necesarias para denunciar todo esta barbarie. Y encima tener que soportar los improperios de parte de la población diciéndote que dejes de grabarles, que por qué no ayudas o haces algo más.
Es cierto que como documental propiamente dicho tiene varios fallos, pero como material de denuncia es impresionante y aterrador.
Toma Primera
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