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Voto de Don Hantonio Manué:
7
Romance. Drama. Comedia Jerome, un escritor de mediana edad, intenta conquistar durante sus vacaciones a una joven de 17 años que tiene novio. Instigado por una novelista, lleva adelante una operación de seducción que tiene mucho de afirmación personal. (FILMAFFINITY)
16 de junio de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene desde luego su mérito hacer cine a partir de tan poca cosa, de los coqueteos vacacionales de un señor con dos hermanastras adolescentes, que a priori nos interesan un carajo. Los personajes merecen morir todos (y de manera cruel, a ser posible), son de lo más odiables en su condición de burguesitos aburridos y clasistas (y lo peor de todo, franceses). Sus problemitas en el fondo no son tales, son esas pequeñas pero quizá decisivas neuras cotidianas que se acentúan precisamente en los momentos en que uno se relaja y carece de auténticas preocupaciones. Quizá por eso mismo expresan mejor que nada nuestro auténtico ser.

Aquí Rohmer pone a un individuo, el típico conquistador diletante, frente a sí mismo, ante la imagen que él quiere ofrecer a los demás (un tipo que ha sentado la cabeza, con sus principios morales) y lo que es en realidad (la cabra tira al monte), iniciándose un inocente juego de seducción que pasa a ser algo más, la puerta abierta a una singular obsesión anatómica. La rodilla de marras, más que un simple fetiche erótico, es un último intento por aferrarse al rol de pichabrava que consigue lo que quiere, quedar encima y demostrárselo a sí mismo,

Más que un crítico implacable, el cineasta galo parece más bien un entomólogo tranquilo, un estoico que mira la vida pasar, y cuando la película termina, la existencia de sus criaturas aún prosigue, sin que haya ocurrido nada en particular, cada uno a lo suyo… pero incluso la pareja adolescente (siendo el chaval un cretino) parece más respetable que nuestro amigo el prota, según se mire.

A destacar la atención casi documental con la que se captura cada espacio, la naturaleza tan viva y el entorno vacacional (mucha vegetación, agua, montaña), así como el papel de la climatología, mimetizándose incluso con los personajes, con unos colores expresivos que dan consistencia al ambiente tan especial. El desarrollo lo marcan las elipsis (a veces bruscas), la división cronológica en episodios, pero sobre todo, el continuo y machacón diálogo, las conversaciones y monólogos interminables de esta gente, muchas veces sobre sí mismos, que rozan lo relamido y dispersan la aparente “acción”; actúan como eje los de los dos “mayores”, experimentados y resabiados, poniéndose a prueba (entendemos que hubo lío en el pasado), retándose con la excusa de la inspiración novelesca… en el otro extremo, las entre pícaras y pánfilas lolitas. Tanta cháchara es un poco pesada, pero ayuda a definir con minuciosidad cada psicología, prácticamente nos sueltan como espectadores en mitad de estos intercambios verbales y somos uno más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Don Hantonio Manué
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