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Voto de Dexter Bernaldez:
1
5,8
36.082
Terror
Varios jóvenes pasan sus vacaciones en un campamento de verano, reabierto recientemente, y en el que unos años antes murió un joven ahogado en el lago. En poco tiempo, algunos de ellos son encontrados sin vida. (FILMAFFINITY)
26 de noviembre de 2008
31 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
1980. Sean S. Cunningham esperó la muerte de Sir Alfred Hitchcock para plagiar Psicosis. El señor Cunningham debería pudrirse en chirona por tamaña falta de respeto hacia sus semejantes. Betsy Palmer y Adrienne King realizan horrendas interpretaciones; tampoco merecen más que presidio. Harry Manfredini manifiesta graves delirios de grandeza. Piensa que su música debe tener el empaque y la altura de un Herrmann... o de un Morricone. Su único destino es y siempre será la cárcel.
Del guión de un tal Victor Miller (residente en Alcalá-Meco, espero) hablaremos poco, o hablaremos demasiado, según se mire:
Tras el sangriento prólogo, una chica llega al pueblo de Crystal Lake. Acto seguido, la recoge un camionero que empieza a llenarle la cabeza con historias de fantasmas, cuando hace 2 minutos de reloj le recomendó no hacer caso de semejantes cuentos. La misma chavala es posteriormente recogida por un todo-terreno cuyo conductor nunca revela su rostro. Salta del vehículo y se cae de cabeza, pero en realidad se ha hecho daño en la rodilla (¿?). Por cierto, el coche parece calcado al del dueño del campamento. Guau, qué forma de jugar al despiste con el espectador. Este tío es un genio.
Del guión de un tal Victor Miller (residente en Alcalá-Meco, espero) hablaremos poco, o hablaremos demasiado, según se mire:
Tras el sangriento prólogo, una chica llega al pueblo de Crystal Lake. Acto seguido, la recoge un camionero que empieza a llenarle la cabeza con historias de fantasmas, cuando hace 2 minutos de reloj le recomendó no hacer caso de semejantes cuentos. La misma chavala es posteriormente recogida por un todo-terreno cuyo conductor nunca revela su rostro. Salta del vehículo y se cae de cabeza, pero en realidad se ha hecho daño en la rodilla (¿?). Por cierto, el coche parece calcado al del dueño del campamento. Guau, qué forma de jugar al despiste con el espectador. Este tío es un genio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En dicho campamento hay acercamientos sexuales entre los monitores. Mola. Luego, se producen encuentros sexuales, supuestamente para que a la madre de Jason le entre el jamacuco evangelista como en 1958. Hasta ahí, bien. Sin embargo, todos estos arrumacos llegan a ocupar una porción de metraje exagerada. Como una película porno… pero sin porno. ¿No estábamos viendo cine de terror? Requeteguau.
Hostia puta. El asesino invencible no es nadie del pueblo al que hayamos visto antes, qué va. Eso tendría alguna lógica, por mínima que fuera, sino una señora de mediana edad con mejor puntería que Robin Hood y Legolas juntos. Y capaz de rajar a tres hombres de 1.80 de estatura (la muerte de Kevin Bacon no cuenta por motivos evidentes) con la facilidad de un pescadero del mercamadrid. Pero claro, al sólo quedar una superviviente, matarla tan rápidamente habría sido problemático para rellenar 30 minutos de inútil metraje. Entonces, la muy psicópata se vuelve tan incompetente como un asesino de Fidel Castro cualquiera. Bromas aparte, la aproximación a Psycho refleja tal descaro que me dan ganas de potar. Sólo comparable en torpeza a la forma en que este giro de guión resulta expuesto, con Palmer imitando la voz de su malogrado hijo. Alucinante. Orgásmico. Sublime.
Pero ahí no acaban las tonterías, ¡ni mucho menos! Tras una persecución de suspense nulo a través del oscuro campamento (suspenso al director de fotografía), la película culmina con King cortándole la cabeza de un machetazo a la madre coraje de los cojones. Dios mío de mi vida. Si ya se ve cutre, cutre, cutre que te pongan esta muerte al ralentí, la cabeza cortada que sale por los aires ¡de un cuerpo que no salpica ni gota de sangre! es para mear y no echar gota. Así que la Palmer era en realidad un puto orco de Mordor, aunque para orcos ya están el guionista y el director. Guau, guau, guau, como diría mi perro.
Pero no quiero olvidarme del susto final, principal punto de apoyo para los que defienden esta soplaguindez. La imagen de Jason Voorhes cadáver saliendo del agua resulta tan calculadamente sorprendente, tan pretendidamente impactante, que me produce un asco atroz. Se nota que Cunningham estaba obsesionado con este golpe de efecto, hasta el punto de sacrificar todo lo demás (sentido del humor, intuición narrativa, dignidad) para llegar al mismo. Abominable. Sin mencionar que en este punto la película se mete en derroteros fantásticos que no pegan ni con cola. Luego resulta que todo ha sido un sueño. Luego la pesada de King recuerda haberlo vivido... Luego sí. No. Me voy por la calle de en medio, etc. Bah.
Muy posiblemente las haya peores: Los chicos del maíz, La matanza de Texas; la nueva generación... eso está fuera de toda duda. Pero tan despreciables, desde tantos puntos de vista, como que no.
Hostia puta. El asesino invencible no es nadie del pueblo al que hayamos visto antes, qué va. Eso tendría alguna lógica, por mínima que fuera, sino una señora de mediana edad con mejor puntería que Robin Hood y Legolas juntos. Y capaz de rajar a tres hombres de 1.80 de estatura (la muerte de Kevin Bacon no cuenta por motivos evidentes) con la facilidad de un pescadero del mercamadrid. Pero claro, al sólo quedar una superviviente, matarla tan rápidamente habría sido problemático para rellenar 30 minutos de inútil metraje. Entonces, la muy psicópata se vuelve tan incompetente como un asesino de Fidel Castro cualquiera. Bromas aparte, la aproximación a Psycho refleja tal descaro que me dan ganas de potar. Sólo comparable en torpeza a la forma en que este giro de guión resulta expuesto, con Palmer imitando la voz de su malogrado hijo. Alucinante. Orgásmico. Sublime.
Pero ahí no acaban las tonterías, ¡ni mucho menos! Tras una persecución de suspense nulo a través del oscuro campamento (suspenso al director de fotografía), la película culmina con King cortándole la cabeza de un machetazo a la madre coraje de los cojones. Dios mío de mi vida. Si ya se ve cutre, cutre, cutre que te pongan esta muerte al ralentí, la cabeza cortada que sale por los aires ¡de un cuerpo que no salpica ni gota de sangre! es para mear y no echar gota. Así que la Palmer era en realidad un puto orco de Mordor, aunque para orcos ya están el guionista y el director. Guau, guau, guau, como diría mi perro.
Pero no quiero olvidarme del susto final, principal punto de apoyo para los que defienden esta soplaguindez. La imagen de Jason Voorhes cadáver saliendo del agua resulta tan calculadamente sorprendente, tan pretendidamente impactante, que me produce un asco atroz. Se nota que Cunningham estaba obsesionado con este golpe de efecto, hasta el punto de sacrificar todo lo demás (sentido del humor, intuición narrativa, dignidad) para llegar al mismo. Abominable. Sin mencionar que en este punto la película se mete en derroteros fantásticos que no pegan ni con cola. Luego resulta que todo ha sido un sueño. Luego la pesada de King recuerda haberlo vivido... Luego sí. No. Me voy por la calle de en medio, etc. Bah.
Muy posiblemente las haya peores: Los chicos del maíz, La matanza de Texas; la nueva generación... eso está fuera de toda duda. Pero tan despreciables, desde tantos puntos de vista, como que no.