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Voto de Ari:
8
2006
Documental, Intervenciones de: Judith Scott
7,3
493
Documental
Judith Scott es una escultora norteamericana de 62 años a la que le llega el reconocimiento internacional después de vivir 36 años en una institución psiquiátrica. Judith tiene Síndrome de Down y es sorda. Su historia, contada a través de su hermana gemela, Joyce, sin discapacidad, es el detonante de una película que viaja al Creative Growth Art Center de California y descubre a otros personajes que, como Judith, buscan expresarse a ... [+]
12 de junio de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este documental se entremezclan dos temas que a unos llegarán más que a otros. Por un lado está la discapacidad psíquica, concretamente el Síndrome de Down. Aquí, todos los que conocemos a alguien cercano con esa característica, empezamos a relacionar lo que vemos en la peli con lo que conocemos de la realidad. Mi pariente con Síndrome de Down sufrió en su paso a la etapa adulta un cambio total en su educación, que la privó totalmente de su espíritu creativo y del aprendizaje que en su infancia se le procuraba. Pasó de estar en un colegio en el que se la enseñaba, a trabajar en un taller, haciendo carpetas 8 horas al día. Eran otros tiempos, pero mi madre siempre me cuenta cómo esa persona dejó de hablar, dejó de comunicarse, se aisló… le cambió el carácter totalmente. Fue un error tremendo y a día de hoy yo no me atrevo a decir si esa persona es feliz o no, pero desde luego está mucho más limitada que lo habría estado de haber continuado con un entorno favorable. En el documental vemos cómo puede cambiar la vida de una persona con discapacidad cuando se le ofrecen los estímulos adecuados, cuando se confía en las capacidades existentes en esa persona, en lugar de centrarse en los factores limitantes.
Por otro lado el tema del arte… yo frecuento un centro de arte abstracto o moderno o como se llame. Lo cierto es que casi siempre voy con un amigo que tiene tanta idea como yo de arte, y no entendemos nada, y algunas cosas nos parecen auténticas tonterías y otras al menos nos parecen bellas u originales. Y yo jamás me atrevo a decir eso de que ese arte es una tomadura de pelo, porque no entiendo, pero reconozco que a veces bien lo pienso.
(Sigue en spoiler por falta de espacio)
Por otro lado el tema del arte… yo frecuento un centro de arte abstracto o moderno o como se llame. Lo cierto es que casi siempre voy con un amigo que tiene tanta idea como yo de arte, y no entendemos nada, y algunas cosas nos parecen auténticas tonterías y otras al menos nos parecen bellas u originales. Y yo jamás me atrevo a decir eso de que ese arte es una tomadura de pelo, porque no entiendo, pero reconozco que a veces bien lo pienso.
(Sigue en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Tras ver este documental me ha cambiado un poco mi forma de ver el arte. En el vídeo, la protagonista, con Síndrome de Down, elabora de forma compulsiva objetos que son considerados obras de arte por los responsables de ciertas galerías. Yo al principio he visto los objetos y bueno, he pensado eso, que el arte... yo no lo entiendo. Luego escuchas a esos que han visto día tras día a la protagonista elaborar sus objetos y entiendes que, quizá no sea arte, o quizá sí, pero desde luego esa forma compulsiva de elaborar objetos, muy centrada, cuidando mucho lo que hace, es desde luego una forma de comunicarse (la protagonista es además sordomuda). Nadie sabe qué pasa por la cabeza de esa persona, pero es evidente que sus obras reflejan lo que sea que siente, recuerda, imagina. Lo que quiere expresar, ya que no tiene otra forma de hacerlo. No sé si otros artistas nos toman el pelo o no, pero la protagonista del documental no tiene ánimo de lucro ni mucho menos, ni piensa en tomar el pelo a nadie. Ella ve objetos que le resultan familiares y los pega, los une con hilo, y trabaja concienzudamente hasta que considera su obra terminada. Hay un momento en que ella sabe que su trabajo está finalizado, y hasta entonces no para. Sin que nadie le diga nada. Eso no es tomadura de pelo. Eso es expresión. Arte o no, quién sabe, pero no es tomadura de pelo.