Me suelo cebar en un film si se trata de una obra muy aburrida, pretenciosa, o carente de estímulos para el espectador. De entrada ya el señor Hallstrom, que ha dirigido a estrellas de Hollywood y ha hecho un par de títulos memorables, aunque un tanto irregular, pues merecía todo mi respeto.

Se trata de un cine intimista, hecho sin prisas, nada que ver con los thriller hollywoodienses. Una atmósfera cálida en un país de hielo, ya de por sí conseguirla, revela a un buen veterano tras la realización. Es la humanidad de los personajes, sus debilidades y no sus superpoderes, lo que atrae de esta historia, y es lenta, es verdad, los actores hablan muchas veces en susurros incluso, pero es que así sucede en la vida real, nadie va gritando todo el rato para que el sonido sea perfecto, y el tono de nuestra voz revela la intimidad que tenemos con la persona que está al lado o la situación que estamos viviendo.

La tensión de conocer la identidad de quién es el autor de lo que pasa en las primeras escenas, es lo que retiene al espectador, pero tampoco eso considero que es la mejor virtud del film. Su virtud es el camino intimista que se recorre, pasando por la vida personal del policía-hipnotista y respetando la profundidad hasta de los personajes secundarios.

Por tanto, sin ser algo excepcional, ni para recibir premios del cielo, es un film que se deja ver con calma y se saborea con aprecio al ser una historia contada con verosimilitud y solidez... cualidades que escasean y mucho, en el cine actual.

LO MEJOR: La atmósfera intimista que se crea con los personajes.
LO PEOR: Rostros desconocidos, aunque cumplen en sus roles, pero dan un aspecto un tanto "desgarbado" y demasiado localista al resultado final.