Empieza interesante este nuevo intento de terror de posesiones caseras y psicopatil. La primera media hora avanza y casi consigue meterte en una atmósfera de intriga malsana y de curiosidad por descubrir la historia detrás de las paredes.

Hawke está convincente... del resto del elenco nada que destacar. Pero cuando te vienes a dar cuenta, han transcurrido ochenta minutos de película y aun no ha pasado practicamente nada.
Todo se ha ido por el desagüe de lo convencional y de los tópicos más baratos, requeteusados y
manidos de este género de cuasiterror.

Señores, no se puede hacer un film sin dar profundidad, sorpresa y originalidad no solo a lo que se cuenta y cómo se cuenta, sino además cuando se deja de explicar mucho de lo que se nos cuenta. Es como coger una base precongelada de pizza y ponerle los ingredientes de siempre y al horno diez minutos y lista para consumir. Está harto uno que el cine de terror se haya convertido en cine de tensión, y a veces ni eso. Unas fórmulas para recaudar dando un par de sustos y con el presupuesto más ajustado posible.

Y alucino con los críticos que alaban esto en la ficha de FA. De verdad parece que aun duermen con su osito de peluche y algún glosario de dioses paganos en la mesita de noche. Y lo demás lo pone la imaginación.

Se merece un 4 por Hawke, por un par de matices que hacen la historia un poco diferente, y por lo que pudo ser este argumento bien desarrollado, y que no lo fue.