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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
1
Terror Un hombre (Tor Johnson) se convierte en un monstruo desfigurado como resultado de exponerse a una explosión atómica. En realidad es una película casi totalmente muda con una narración en off. (FILMAFFINITY)
9 de enero de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de esas películas -por llamarla algo- que se considera de las peores de la historia del cine, junto a las de Ed Wood. Rodada originalmente sin audio, se ha añadido a posteriori. Una ominosa voz en off del director, guionista y productor nos narra lo que ocurre con frases pomposas y ridículas, presuntamente profundas, poniendo voces de personajes cuando están de espaldas, muy lejos o fuera de plano. Un ejemplo: un policía sale de su casa, dejando a su mujer en la cama y el narrador dice "Otro hombre atrapado en la carrera frenética por la mejora de la humanidad. progreso."

La historia es un sinsentido. Un científico ruso que deserta llega a un aeropuerto local en un lugar de pruebas atómicas y es perseguido por unos pistoleros de la KGB, se meten por un camino y explota una bomba atómica, así porque sí. El científico, protagonista de algún filme de Ed Wood, es Tor Johnson, en su último filme, muy gordo y con evidentes problemas de movilidad. Se transforma en un mutante asesino y empieza a matar a todo quisque que pasa por la carretera. Dos policías lo acosaran. Por en medio se pierden unos niños y el padre sale a buscarlos. Los policías en helicóptero lo confunden con el malo y empiezan a tirotearlo, copiado la escena de la persecución aérea de Hitchcock de "Con la muerte en los talones".

El director muestra admiración por el inglés, ya que el inicio es una secuencia absurda en la que una chica sale desnuda del la ducha y parece homenajear a "Psicosis", aunque con desnudos, cosa rara en 1961. No aparecen en todas las copias de youtube. El sexo zafio lo introduce en otra ocasión, cuando los policías fuera de plano hablan de lo que pasa y la cámara enfoca a la mujer de uno en la cama, mostrándonos su escote, saliendo y entrando del lecho. Aberrante. Por cierto, es la mujer del director. Y los niños perdidos, sus hijos. Hay numerosas escenas mal encuadradas, de relleno, personajes que mueren y luego están como si tal cosa, una chica es estrangulada, luego revive y al minuto está muerta. Gente andando y andando por los riscos, arriba y abajo, inacabable. En la escena final se coló un conejo y decidieron improvisar, para darle un toque bucólico.

No hay salvación para el filme. Quizás en un festival de cine bizarro los espectadores pueden corear las frases absurdas del narrador. Son gloriosas.
Quinto Sertorio
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