Inteligente parodia de los filmes de serie B de ciencia-ficción de los años 50, aquellos en los que aparecían alienígenas ridículos, animales mutados de todo tipo, desde mantis gigantes a cangrejos enormes. Fue rodada en 1989 por el desconocido Stanley Sheff, siendo esta su única película como director. Y sin embargo, su estilo denota una gran profesionalidad, mimetizando el estilo Corman de los años 50.

Iniciándose con el tema "Rock Lobster" de los B'52, asistiremos a una concatenación de topicazos, con un guión bien trabajado y de manera elegante. Un chico decide presentar su película recién montada y editada a un distribuidor -Tony Curtis - así que asistiremos a la proyección privada de este engendro. Cine dentro de cine.

Tópicos como el machismo trasnochado, el protagonista y su familiar científico que lo soluciona todo, el ejército siempre presente con los cañones a punto y un alienígena con un aspecto más propio de los malos de los Power rangers. Homenajes a esas películas desconocidas, como el secuaz del villano, un gorila con casco y antenas, al que ya vimos en "Robot monster" (1953)., o el exterior mil-veces visto, la cueva donde se esconde el alienígena, llamada Bronson canyon, en realidad un túnel excavado muy próximo a Los Ángeles y que ha aparecido en más de 400 películas y series de TV, y, entre otras, fue la entrada de la cueva del Batman televisivo y sesentero.

Un homenaje agradable, que no pretende ridiculizar a aquellos filmes ahora obsoletos, ni reírse de ellos, sino reírse con ellos, con un humor blanco, evidenciando cuan ingenuos eran, en aquellos años, tanto los filmes como los espectadores.

Recientemente y con menos medios, ha retomado en el siglo XXI este tipo de homenajes paródicos el cineasta Christopher R.Mihm, para sus filmes "cincuenteros" enmarcados en el denominado Mihmverse.

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