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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
6
Ciencia ficción. Acción Jack Deth es una especie de policía-cazarecompensas en el sombrío Los Ángeles del futuro. Se ha llegado a obsesionar con dar caza a Whistler, un malvado criminal que utiliza poderes hipnóticos para convertir a la gente en zombies. Whistler ha logrado escapar por un túnel del tiempo llegando a 1985, pero Deth va tras él. (FILMAFFINITY)
19 de abril de 2019
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inicio de una saga, de hasta 6 filmes, Trancers es un magnífico ejemplo de serie B de fantasía y ciencia-ficción ochentera, producida por la Empire y dirigida por su dueño y alma mater, Charles Band, personaje no bien ponderado y que ha tenido la misma importancia que Roger Corman en poblar de personajes y fantasías la mente de los aficionados a este género.

Apenas estrenada dos meses después de "Terminator" (J. Cameron, 1984), parte de la misma premisa, un viaje en el tiempo, del futuro al pasado, para evitar que un villano pueda alterar dicho futuro y con ello, apoderarse del mismo. El viajero, un policía curtido, se apoyará en la ayuda de una joven Helen Hunt, buscando a determinadas personas a quién proteger y combatiendo al villano. Demasiadas similitudes con el filme de Cameron. Pero ¿quién fue el primero? ¿Fue casualidad?. Los viajes en el tiempo ya habían sido recogidos en otros filmes, como Cyborg 2087 (1966), Los viajeros del tiempo (1979) y se retomarían como en la saga de Warlock el Brujo (1989).

El filme de Band muestra evidentes influencias en su puesta en escena de "Blade Runner" (R. Scott, 1982), en el mundo futuro, con esa misión de retirar "trancers", una especie de "nexus 6", aunque su voz en off y la entrada del personaje en escena, con un vehículo tipo años cincuenta no deja de recordarme al Eddie Constantine de "Alphaville" (JL. Godard, 1965). El filme se deja ver, ayudado por la química de la pareja protagonista, transformándose el filme en su desarrollo en la época actual, en una típica buddy movie, a la usanza de "Limite 48 horas" (W Hill, 1982), en la que lo de menos es el guión y sí los diálogos y situaciones entre los protagonistas.

En fin, un pequeño film clásico de los 80 a redescubrir. Alguien tendría que homenajear a Band y a su productora.
Quinto Sertorio
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